Los republicanos, confusos por la falta de carisma de sus candidatos

Como cada cuatro años, el pequeño estado de Nuevo Hampshire está estos días lleno: de periodistas, de atención y de candidatos. Candidatos republicanos que el martes disputan el segundo asalto para la nominación de su partido. Pero esta vez, en Nuevo Hampshire, y en el resto del país, hay también un sentimiento de confusión que inunda a los propios republicanos. El culpable de ese estado de ánimo es, según los analistas, el poco carisma de los candidatos.

El que aparece en las encuestas en mejor posición para enfrentarse a Obama y que cuenta con el apoyo de los dirigentes del partido, Mitt Romney, no tiene el soporte de las bases. Estas están divididas entre el resto de candidatos: Nick Santorum, Ron Paul, Newt Gingrich, Rick Perry y Jon Huntsman. Ninguno de ellos es visto desde la cúpula del partido como «adecuado» para derrotar al actual presidente.

Sobre el próximo martes, las encuestas dicen que Romney encabeza la intención de voto, con un 47 %. En segundo lugar aparece Ron Paul, con un 18,%; tras él, Huntsman, con un 13,%, y Santorum, con un 11 % y subiendo. Sobre este último han empezado a caer en las últimas horas las primeras críticas serias: sus contrincantes lo acusan de haber votado a favor de leyes derrochadoras cuando era senador, a pesar de que ahora se presenta como un conservador fiscal y defiende la disminución del gasto público.

Para ganar en noviembre los republicanos necesitarían todo el apoyo de sus propias bases y muchos de los votos moderados que en el 2008 fueron para Obama. Por lo que se refiere a las propias bases del Partido Republicano, en los últimos años se han ido acercando cada vez más a la extrema derecha, y un ejemplo son las recientes victorias electorales debidas al Tea Party. En ese aspecto, el candidato idóneo es Santorum, que ya ha recibido el apoyo del Tea Party en Nuevo Hampshire y probablemente recibirá también el de Carolina del Sur. Pero lo que parece prácticamente imposible es que Santorum consiga convencer a ningún moderado. Sin ir más lejos, el viernes comparó el matrimonio gay con la poligamia. Pero a la vez, tampoco parece probable que las posiciones moderadas de Romney consigan convencer a los votantes del Tea Party.

Mientras tanto, el tercero en Iowa y que cuenta con buenas perspectivas en Nuevo Hampshire, Ron Paul, es permanentemente ignorado por su propio partido. Y es que este médico tejano defiende una ideología libertaria que difícilmente podría encajar en un candidato serio a las presidenciales: pacifista opuesto tanto a las guerras como a los ejércitos, contrario al aborto y partidario de un Estado mínimo que no podría cumplir los compromisos de EE.UU.

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