Libia, año uno, poco que celebrar

Imed Lamloum TRÍPOLI / AFP

INTERNACIONAL

Trípoli prepara elecciones para junio en medio de una gran inseguridad

18 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Libia celebró ayer el primer aniversario de su revolución en un ambiente de incertidumbre sobre la estabilidad y la seguridad necesarias para fundar un Estado de derecho tras el fin del régimen de Muamar el Gadafi. Un años después se prepara para celebrar en junio sus primeras elecciones en 40 años, pero la proliferación de milicias de thowars (revolucionarios) que imponen su ley hace muy difícil la tarea de los nuevos dirigentes.

El Consejo Nacional de Transición (CNT) se ha marcado como primer objetivo desarmar el país e integrar en el Ejército o en los servicios de seguridad a los miles de excombatientes. Pero los resultados se hacen esperar.

La lentitud de las reformas ha provocado movimientos de contestación contra el CNT, acusado de «robarse la revolución» y de haber permitido que oportunistas del antiguo régimen formen parte del nuevo equipo dirigente. De hecho, las autoridades parecen aplastadas por el peso de la herencia dejada por Gadafi: proliferación de armas, ausencia de instituciones, economía minada por la corrupción, y sistemas de salud y de educación rudimentarios.

Los desafíos son enormes para el Gobierno de Abdelrahim al Kib, que decidió dejar todo en espera hasta la cita electoral, limitándose no sin dificultades a administrar los asuntos corrientes. No se cerrarán contratos antes de los comicios, pese a que las compañías extranjeras se agolpan para hacer las obras de la reconstrucción de Libia.

La prioridad son las elecciones. Así, una ley electoral que da un papel privilegiado a la mujer y a los jóvenes fue adoptada después de largas negociaciones y de un agitado debate.

Aunque no hubo programa oficial para conmemorar la fecha por respeto a las familias de los mártires, hubo celebraciones espontáneas en varias ciudades, sobre todo en Bengasi, origen del levantamiento del 17 de febrero. Para la ocasión, el Gobierno dio 2.000 dinares libios (1.200 euros) a cada pareja casada y 200 por cada hijo.

Estados Unidos y Europa se felicitaron por el aniversario, pero exigen a Trípoli respeto a los derechos humanos y decisiones valientes. Pese a las dificultades, los libios consideran que los días venideros serán mejores en un país sin Gadafi.