La OIEA revela importantes avances en la instalación subterránea de Fordo
25 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) confirmó ayer que Irán ha acelerado la producción de uranio enriquecido y ya lo hace a un ritmo tres veces superior al pasado noviembre. En su más reciente informe sobre la República Islámica, la agencia nuclear de la ONU precisa que los técnicos iraníes ya han producido unos 110 kilos de uranio enriquecido hasta casi el 20 %, cerca de la mitad necesaria para construir una bomba atómica. A esas cantidades hay que añadir otras cinco toneladas de uranio enriquecido hasta el 5 %, con un ritmo de producción superior a los 100 kilos mensuales.
Estos materiales son fabricados bajo supervisión del organismo en la planta de Natanz (centro de Irán) y en la polémica instalación subterránea de Fordo, que se encuentra dentro de una montaña cerca de la ciudad santa de Qom. Estados Unidos e Israel han expresado su preocupación por los avances en Fordo, al considerar que una vez esté a pleno funcionamiento ya no habrá posibilidad de impedir la producción de una bomba nuclear.
Según los inspectores, Irán produce ahora uranio enriquecido a casi el 20 % a un ritmo de unos 14 kilos por mes (10 kilos en la planta de Natanz y 4 kilos en Fordo), lo que triplica lo reconocido en el último informe de noviembre pasado. Además, los iraníes han instalado en Natanz 52 cascadas (con 164 centrifugadoras cada una) frente a las 37 que había en noviembre, lo que destaca la rapidez de los avances. En Fordo se han instalado unas 700 nuevas centrifugadoras, con planes para colocar nuevos equipos en los próximos meses.
A partir de un enriquecimiento del 20 %, los expertos hablan de «uranio altamente enriquecido» y consideran que, al dominar este proceso, Irán se acerca bastante a los niveles necesarios para una bomba (90 %). Teherán afirma que necesita ese uranio para producir en un reactor científico isótopos para la lucha contra el cáncer, pero sigue sin convencer a la ONU de sus intenciones pacíficas.
El informe de ayer se emite dos días después de que una misión de alto rango del OIEA regresara con las manos vacías de Irán, donde exigió visitar la instalación militar de Parchin, donde se sospecha que hay actividades nucleares, y hablar con numerosos expertos del programa nuclear iraní, peticiones que fueron rechazadas. Los inspectores aseguran en el documento que tuvieron «grandes diferencias» con Irán sobre cómo esclarecer los asuntos pendientes de la investigación. En ese sentido, destacan que Irán no ha podido aclarar todavía la desaparición de 19,8 kilos de uranio en metal, un material que podría haber sido utilizado para experimentos militares. Los inspectores critican a Irán por no colaborar en la investigación y señalan que no pueden «concluir que todo el material nuclear en Irán sirve para actividades pacíficas».