Dos coruñeses viajan en el crucero averiado en el Índico

redacción / la voz

INTERNACIONAL

Reuters

El pasaje del «Costa Allegra» está incomunicado y en cubierta por falta de aire acondicionado

09 mar 2012 . Actualizado a las 13:41 h.

Los coruñeses Antonio Manuel Ogando Martínez y su esposa, Beatriz Pereira Saa, son dos de los quince españoles que viajan a bordo del Costa Allegra, el crucero que quedó a la deriva el pasado lunes en el océano Índico con más de mil personas a bordo en una zona habitualmente infestada de piratas.

Aunque reside en A Coruña, Ogando Martínez es muy popular en Oleiros, donde trabajó muchos años en una oficina del Banco Pastor. Los reiterados intentos de contactar con él no dieron resultado al carecer el buque de electricidad. La compañía Costa Cruceros informó, sin embargo, de que la situación de los pasajeros es buena.

El barco en el que viajaba, que sufrió un incendio en su sala de máquinas, estaba siendo remolcado ayer hacia las islas Seychelles, adonde se espera que llegue mañana. En la operación participa el atunero francés Trevignon, al que se unieron dos remolcadores procedentes de las islas Seychelles. La naviera Costa Cruceros, la misma que la del Costa Concordia, siniestrado cerca de la isla italiana de Giglio causando la muerte a 32 personas, indicó que ya ha desplazado al puerto de Mahé, donde se espera a un equipo de atención para organizar la repatriación de los viajeros, entre los que también se encuentran cuatro canarios, tres catalanes, dos gaditanos, otros tantos ibicencos y un madrileño, así como otro español que adquirió su pasaje en el extranjero.

Familiares de los pasajeros afirmaron a medios italianos que la empresa había contactado con ellos, pero que no pudieron comunicarse con sus parientes. El barco carece de energía eléctrica y los pasajeros no pueden cargar sus teléfonos. «Costa nos llamó ayer [lunes] para explicarnos que todo estaba bajo control. Lo más incómodo es el calor, porque el aire acondicionado dejó de funcionar», afirmó Liviana Chiappi, la esposa de un miembro de la tripulación. «Los pasajeros no se pueden quedar en los camarotes. Pienso que tienen que pasar la noche a la intemperie, pero la temperatura lo permite. Basta con una manta», añadió.

Nueve militares italianos especializados en el combate de la piratería están a bordo. «No se corre peligro de piratería, pero no se puede garantizar la seguridad al 100 %», dijo el comandante Giorgio Moretti, director de operaciones de la compañía. Dos aviones, uno de Seychelles y otro de la India, escoltan al barco.