Occidente quiere hechos, y la oposición cree que solo busca ganar tiempo
28 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Bachar al Asad se comprometió ayer a cumplir el plan de paz para Siria que le presentó hace dos semanas el mediador Kofi Annan, posiblemente tras una advertencia de Moscú, su fiel aliado. Pero nadie se fía. Los opositores creen que es una nueva jugada del régimen para ganar tiempo. Los países occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU esperan que las promesas se conviertan en hechos.
El anuncio coincidió con la visita del presidente sirio al bastión opositor de Bab Amr, el barrio de Homs que sus tropas bombardearon durante varias semanas hasta reconquistarlo. La televisión oficial se encargó de divulgar la visita, en la que el dirigente aparece saludando a soldados y a niños y prometiendo que el barrio será reconstruido «mucho mejor que antes».
El plan de paz consta de seis puntos: el cese de las hostilidades bajo supervisión de la ONU, la apertura de un proceso político con la oposición, la puesta en libertad de los detenidos, el envío de ayuda humanitaria, la entrada en el país de la prensa extranjera y el respeto a manifestarse pacíficamente y a la libertad de asociación.
La aceptación sorprendió a Annan negociando en China, de quien obtuvo el apoyo a sus esfuerzos de mediación, como ya lo hiciera el fin de semana Rusia,
EE.?UU. cree que Damasco ha dado «un paso importante», pero «como todas las cosas que tienen que ver con el régimen, la prueba estará en las acciones reales» de Al Asad, declaró una portavoz de Hillary Clinton. «Solo degustando algo sabemos si está bueno», dijo irónicamente el embajador francés en la ONU, Gérard Araud, según informa AFP.
Basma Kadhmani, politóloga siria exiliada en Francia y portavoz del opositor Consejo Nacional Sirio, considera que si Al Asad incumple el plan podría perder el apoyo de Moscú, que hasta ahora lo ha protegido.
Desunión en Estambul
El anuncio de Damasco despertó poco entusiasmo entre los opositores reunidos estos días en Estambul para buscar una estrategia común para apartar del poder a la dinastía alauí de los Al Asad, de cara a la cumbre de Amigos de Siria. «Prácticamente no va a cambiar nada, ya que prevé un diálogo con el régimen, y si hay un punto en el que todos los sirios honorables están de acuerdo es en que Bachar al Asad debe irse», declaró a la agencia DPA un asistente con una prolija barba.
Una vez más, la oposición ha dejado patente sus insalvables diferencias. Islamistas, comunistas, liberales, cristianos y kurdos solo coinciden en que Al Asad debe dejar el poder, pero ni se ponen de acuerdo en cómo lograrlo ni en cómo debe ser el futuro Estado sirio. «Estoy aquí porque no queremos dejar el campo libre a los barbudos», confesó a la DPA Fatma al Hayi.
Siria será la gran ausente de la cumbre de la Liga Árabe que se inaugura mañana en Bagdad, la primera que alberga en veinte años, pero el futuro del régimen de Al Asad será el principal tema de debate. Los países árabes deberá encontrar un modo de conciliar dos posiciones: la de Arabia Saudí y Catar, que quieren armar a la oposición, y la que opta por la diplomacia.
Mientras, la ONU dio un nuevo balance de la revuelta: 9.000 muertos en poco más de un año.