Exige garantías por escrito de que la oposición depondrá las armas
09 abr 2012 . Actualizado a las 07:10 h.La cuenta atrás para el alto el fuego en Siria se frenó ayer en seco tras distanciarse Damasco del acuerdo alcanzado con el mediador Kofi Annan, lo que hace esperar más violencia.
Dos días antes del esperado inicio del cese de los combates, el régimen sirio afirma que Annan «interpretó erróneamente» el acuerdo, señaló ayer el Ministerio del Exterior. El presidente Bachar al Asad exige ahora al enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe «garantías por escrito» de una serie de condiciones que hacen alejarse el alto el fuego previsto para mañana.
¿El final de la ofensiva? Damasco aceptará solo si los «terroristas», como denomina a los opositores, deponen las armas. ¿Retirada del Ejército de las ciudades? Solo tras la garantía de que los rebeldes dejen de recibir armas y dinero de Catar, Arabia Saudí o Turquía.
Las exigencias que hace ahora Damasco apenas son viables, pues es improbable que los rebeldes dejen sus armas antes del fin de las operaciones militares del régimen. Tampoco la Liga Árabe ni la ONU pueden dar una garantía por escrito del fin de lo que hasta ahora solo son especulaciones: que los Gobiernos de Doha, Riad y Ankara suministran armas a los rebeldes.
La marcha atrás en Damasco no es una sorpresa. El régimen de Al Asad actúa con la comunidad internacional siguiendo modelos ya conocidos: hace promesas que luego no cumple. Los críticos aseguran que la cúpula solo juega a ganar tiempo y continuar la represión.
Mientras la comunidad internacional necesitará días para responder a la nueva situación, las tropas de Al Asad actúan. Los activistas colgaron este fin de semana nuevos vídeos en Internet que documentan las atrocidades del régimen. Las imágenes muestran por ejemplo trece cadáveres ante una escuela en el barrio de Deir Balba, en el feudo rebelde de Homs. Los cuerpos están maniatados y con los ojos tapados, signos de una ejecución.
El bloqueo mediático en Siria hace que las informaciones sean difíciles de confirmar de forma independiente, pero en los últimos tiempos se han incrementado las grabaciones de atrocidades y las declaraciones de testigos. «Hombres jóvenes son colocados ante un muro y ejecutados», cuenta el activista Saleh al Hamasi, de Latmana, cerca del feudo opositor Hama.
Kofi Annan mostró su consternación por el aumento de la represión en ese país, que tildó de «inaceptable», y pidió al régimen de Bachar al Asad que cese toda violencia.