¿Dónde está el futuro líder de China?

esperanza calvo PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Los 10 días de ausencia de Xi Jinping han desatado los más inquietantes rumores

11 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En un país con un Gobierno transparente y con libertad de prensa, la ausencia de un político que cancela varios actos oficiales en diez días nunca suele ir más allá de un titular y unas cuantas líneas explicando la enfermedad o razón que le impide continuar con sus obligaciones.

Pero en China, al borde de un relevo de poder que tan solo se produce cada 10 años y tras un año donde el previsible guion de la sucesión ha dado varios quiebros, la ausencia del futuro líder ha desatado los más inquietantes rumores. Desde que el pasado día 1 Xi Jinping pronunció su último discurso en público, nadie lo ha vuelto a ver. La primera alarma saltó cuando su reunión con Hillary Clinton fue cancelada la noche anterior al encuentro. Se habló de tensión diplomática, pero ese mismo día comenzó a circular el rumor de un repentino dolor de espalda. Tampoco recibió al primer ministro de Singapur, a la vez que las especulaciones sobre el origen de su lesión se dirimían en si había sido jugando al fútbol o al caer en la piscina.

Cuando ayer también se canceló su cita con la primera ministra danesa, los periodistas obtuvieron por respuesta un desconcertante «hemos contado todo a todos» por parte del Ministerio de Exteriores.

Casi a la vez, la web estadounidense Boxun.com publicaba que el futuro presidente había muerto en un accidente de coche provocado por los partidarios de Bo Xilai, hambrientos de venganza tras su caída en desgracia y cuya mujer acaba de ser condenada por el asesinato de su socio británico. Aunque rápidamente la web rectificó, este ir y venir de rumores ha convertido la ausencia de Xi Jinping en un gran escándalo.

Por otra parte, el Gobierno chino calificó ayer de «ilegal e inválido» el plan de Japón para comprar tres de las islas que ambos países se disputan en el mar de China Oriental. Son las denominadas Senkaku por Japón y Diaoyu por China, compradas a titulares privados por unos 20 millones de euros. «China «defenderá su soberanía», apuntó el portavoz de Exteriores chino, Hong Lei.