Wen Jiabao aspira a más «libertad y desarrollo»

pekín / efe

INTERNACIONAL

El primer ministro chino asegura en el 63 aniversario del régimen comunista que aún queda «mucho por hacer»

01 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, celebró en Pekín los logros del régimen comunista en su 63 aniversario, aunque aseguró que al gigante asiático «aún le queda mucho por hacer» antes de convertirse «en un moderno país socialista que sea próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y armonioso».

En una recepción celebrada anoche, dos días antes del aniversario de la República Popular y Día Nacional (1 de octubre), el jefe de Gobierno subrayó que China debe continuar avanzando reformas en campos como el económico, político, cultural y social «mejorando los estándares morales y educativos de nuestro pueblo y logrando desarrollo y libertad en todos los sentidos».

La recepción se celebró en el Gran Palacio del Pueblo (al oeste de la Plaza de Tiananmen), y en ella estuvieron presentes todos los máximos líderes del régimen, incluyendo el presidente Hu Jintao y el vicepresidente Xi Jinping, principal candidato a máximo líder de China a partir del XVIII Congreso de noviembre.

Sobre esa cita, cuya fecha se anunció esta semana, Wen subrayó que es un encuentro crucial «para construir sobre los logros pasados y abrir nuevas perspectivas de desarrollo futuro». Wen recordó los inicios del régimen, fundado por Mao Zedong el 1 de octubre de 1949 desde lo alto de la Puerta de Tiananmen, señalando que «la nación china puso fin a un siglo de humillación y sufrimiento». «Desde entonces, especialmente a raíz de la política de reforma y apertura (lanzada por su sucesor Deng Xiaoping a finales de los 70), la vida de la población ha mejorado ostensiblemente, la fuerza del país y su influencia internacional han crecido significativamente».

El caso Bo Xilai

Por otra parte, un informe interno del Partido Comunista de China en torno a las investigaciones a Bo Xilai, ex dirigente comunista, considerado hasta hace unos meses una gran promesa del Régimen que afronta ahora acusaciones de corrupción y otros delitos, asegura que fue la ambición de poder y dinero de su esposa, Gu Kailai, la que causó su caída en desgracia.

Según el diario South China Morning Post, que cita fuentes anónimas del PCCh cercanas a la investigación, Gu, condenada a muerte en agosto por el asesinato de un empresario británico, era «poderosa y avariciosa» y «causó la ruina de su marido», hasta el año pasado uno de los políticos más prometedores del régimen. Los informes aseguran que Bo aceptó sobornos por valor de unos 3,1 millones de dólares, aunque hay acusaciones de que la cifra puede ser diez veces mayor.