Acusa a Merkel de liderar uno de los peores gobiernos de su país y de no saber cómo atajar la crisis «de raíz»
02 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La ejecutiva socialdemócrata alemana cerró ayer filas en torno al nuevo candidato a canciller de cara a las elecciones generales del 2013. El ex ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, fue elegido por unanimidad para presentar batalla a Angela Merkel. En tiempos de crisis económica más vale uno que sepa de números, parece ser el lema, pero la realidad es que de la troika que llevó las riendas del partido los últimos meses era el menos desgastado, el único con tirón para un duelo condenado al fracaso.
No será hasta el congreso del partido del próximo 9 de diciembre, en Hannover, cuando será elegido oficialmente, pero de momento no se han presentado más candidaturas. Ayer, durante 45 minutos, Steinbrück sentó las bases de su programa, en un claro tono de precampaña. Calificó al Gobierno de centro-derecha de Merkel como «uno de los peores que ha tenido Alemania», y la acusó de no saber atajar la crisis «de raíz».
Dejó claro que tiene ganas de batirse en un duelo electoral duro, aunque se lo tomará «con humor». Y aunque lo máximo que puede aspirar es a sacar al Partido Socialdemócrata del foso de las encuestas (en las últimas generales cosechó un 23%, el peor resultado de su historia, y ahora los sondeos le dan un 26% de la intención de voto), está claro que su sarcasmo y su brillantez retórica le convierten en un candidato incómodo para Merkel.
Steinbrück quiso empatizar con el ala izquierdista de su partido cuando habló de la «necesidad de una economía social de mercado», de mayor control de los mercados o de un salario mínimo para todos. Con estos mensajes quiso alejarse además de su ex jefa, la canciller Merkel, a cuya vera fue ministro de Finanzas entre 2005 y 2009 en un Gobierno de gran coalición. También descartó aliarse con el Partido de la Izquierda y con los Piratas. Su intención es liderar una coalición roji-verde como la dirigida por Gerhard Schröder y Joschka Fischer.
Ayer hablaba henchido de «confianza en mi mismo». «Imagínense a un candidado a canciller que no esté seguro de lo que quiere, que no esté seguro de querer el poder», espetó a los periodistas con cierta sorna el mismo que hace unos años defendía la necesidad de una mayor desregularización de los mercados. Junto con Merkel, Steinbrück sentó las bases de la actual economía alemana.