Obama insiste en que los ricos deben pagar más impuestos

VICTORIA TORO NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Invita a los líderes del Congreso a dialogar para evitar el «abismo fiscal»

10 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Relajado pero duro. «Ya hemos tenido tiempo de descansar después de la campaña electoral», afirmó ayer Barack Obama en el discurso que inicia -por adelantado- su segundo mandato, y en el que destacó que la mayoría que obtuvo el martes en las urnas habló claro.

El reelegido presidente se centró en lo que considera que es una prioridad: alcanzar un acuerdo entre republicanos y demócratas antes de que llegue lo que se conoce como «abismo fiscal», la conjunción de la expiración de los recortes de impuestos con la entrada en vigor de las medidas automáticas para reducción del gasto estatal.

Obama comenzó explicando que ha invitado, la semana que viene en la Casa Blanca, a los líderes del Congreso, así como a empresarios y sindicatos, para comenzar a negociar un acuerdo para la reducción del déficit público. Tiene un «plan detallado» para reducir el gasto en cuatro billones de dólares y aunque no quiso entrar en detalles, sí citó uno de sus puntos esenciales: la subida de impuestos a los que ganan más de 250.000 dólares anuales. Algo a lo que se han opuesto los republicanos durante los últimos dos años y que como el propio Obama reconoció ayer «ha sido una de las cuestiones centrales de la campaña». Pero añadió que siente que la victoria electoral legitima esa pretensión: «El martes descubrimos que mucha gente, la mayoría, está de acuerdo con ello», dijo arrancando los aplausos de los asistentes.

Era un mensaje para todos aquellos que el martes le dieron la victoria, pero a la vez para los republicanos que hasta ahora se han negado a discutir esa cuestión. Aunque el líder de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo el jueves que estarían dispuestos a discutir una reforma fiscal «con las condiciones adecuadas», y ayer lo repitió, aunque especificando que la negociación pasaba por una rebaja fiscal.

Reforma migratoria

Boehner volvió a tender otra mano a Obama esta vez para aprobar una reforma migratoria, bloqueada desde hace años en el Congreso. Un considerable cambio de actitud por parte de los republicanos con vistas a congraciarse con los esquivos votantes hispanos.

Obama no se hizo eco de esa oferta, aunque es uno de los pilares de su segundo mandato. De lo que habló ayer fue del proyecto de ley que el Senado, de mayoría demócrata, aprobó en el 2011 para mantener las exenciones a las rentas menores de 250.000 dólares anuales y subirlos al resto. «Tengo aquí un bolígrafo para firmar, ahora mismo. Estoy listo para hacerlo», dijo sacando uno de su bolsillo.

Acabó su corto pero contundente discurso con un «!Pongámonos a trabajar!». Y es que el panorama para este fin de año si los políticos de Washington no se ponen de acuerdo se avecina complicado para la economía norteamericana y por ende mundial. Por eso no es de extrañar que Obama haya comenzado con tanta contundencia lo que ya es el inicio oficioso de su segunda presidencia.

Atrás queda la dureza de la campaña y las emociones como las que se aprecian en el vídeo en el que agradece a los voluntarios su trabajo durante la campaña con unas palabras que no puede acabar debido a las lágrimas. Y mientras tanto, Florida siguen contando votos, tres días después, aunque Mitt Romney ya admitió el jueves que el ganador también será Obama. Y lo hará con el apoyo del 50 % de los cubanos, tradicionalmente republicanos.