Reúne en la Casa Blanca a congresistas demócratas y republicanos
29 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.«Antes del amanecer todo está más oscuro», dijo crípticamente ayer el senador demócrata Charles Schumer en referencia a las negociaciones anoche en la Casa Blanca para evitar el inminente «abismo fiscal». Los más optimistas comenzaron a especular con que la reunión convocada por la Casa Blanca para anoche tenía como intención sellar ese acuerdo. Un optimismo no compartido por republicanos como el senador Lindsey Graham, que hablaban de que la cita era puro «teatro político».
En esa reunión a puerta cerrada propuesta por el presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden estaban los líderes republicanos y demócratas del Senado -Mitch McConnell y Harry Reid- y de la Cámara de Representantes -John Boehner y Nancy Pelosi-, así como el secretario del Tesoro Timothy Geithner.
Pero nadie parecía saber con seguridad si era un rumor más de los miles que en los últimos dos días han circulado por Washington o de verdad esta vez se trataba del acuerdo. Los hechos parecen indicar que sí puede haber un acuerdo aunque sea de mínimos.
El Senado, de mayoría demócrata, se reunió ayer para aprobar un plan y enviarlo mañana a la Cámara de Representantes, que ha convocado a sus miembros a una sesión extraordinaria.
Es la quinta vez desde 1930 que los legisladores celebran una sesión de este tipo en medio de las vacaciones navideñas. En las anteriores, dos de ellas se debieron a la Segunda Guerra Mundial; otra, en 1995, con motivo del cierre del Gobierno y otra más, en 1963, por un desacuerdo presupuestario. Pero esta excepcionalidad da una idea de cómo se está viviendo la discusión sobre el abismo fiscal.
Los estadounidenses están cada día más enfadados con la inoperancia de sus políticos y preocupados por las consecuencias económicas que puede tener esa incapacidad para el acuerdo.
Una de las posibilidades para un posible pacto de mínimos sería la última oferta de Obama: subida de impuestos para los que ganan más de 400.000 dólares anuales y prolongación de las ayudas sociales a parados los parados de larga duración.
Posible fractura
El problema de este acuerdo es que podría producir una grave fractura dentro del Partido Republicano, ya que muchos de sus miembros no aceptan ningún alza fiscal. Y para ser aprobado deberían haber algunas abstenciones en la bancada conservadora durante la votación del domingo en la Cámara baja.
Otra opción que se baraja es la de que no se firme nada antes del 1 de enero y que se produzca el abismo fiscal. Algunos economistas aseguran que podría alcanzarse algún tipo de acuerdo en las primeras semanas del 2013, sin que el alza de impuestos y los recortes de gasto público supusiera un grave problema al estar solo en vigor unos días. Pero otros economistas consideran que un problema de esta naturaleza podría arrastrar a la economía de EE.UU. a la recesión, y de paso afectar a Europa.
El día 1 expirarán las exenciones fiscales para la mayoría de los contribuyentes, adoptadas durante el mandato de George W. Bush, y además entrarán en vigor drásticos recortes en el gasto público. Los impuestos de casi todos los contribuyentes aumentarán unos 2.200 dólares, según la Casa Blanca, los recortes se sentirían sobre todo en el presupuesto de Defensa y podrían derivar en despidos masivos.