En la situación actual de la negociación todo es posible, también que no haya acuerdo ni siquiera de mínimos. Si eso ocurre la mayor economía del mundo entrará en el llamado abismo fiscal y abocarla a una recesión.
¿Qué es el abismo fiscal?
Unas medidas aprobadas por demócratas y republicanos durante la negociación del techo de la deuda en el verano del 2011 ante su incapacidad para reducir el déficit. Entrarán en vigor en el primer minuto del 1 de enero del 2013. Algunas de sus imposiciones son: cancelación automática de la reducción de impuestos para todos que estableció el presidente George W. Bush, recortes en Defensa de medio billón de dólares y de más de 100.000 millones de dólares en ayudas sociales.
¿Qué ocurrirá el martes si no hay acuerdo?
La mayoría de las medidas no se notarán en la práctica de forma inmediata pero otras, sí. Se acabará la ayuda para dos millones de parados de larga duración que dejarán de cobrar ya el próximo mes. Todos los trabajadores ganarán un 2 por ciento menos porque se aplicará en sus nóminas el aumento de aportación a la seguridad social. Lo que no parece que se note tan pronto es el aumento de impuestos, calculado en unos 3.000 dólares anuales para una familia de clase media.
¿Cómo afectará a Estados Unidos?
Si no hay acuerdo las consecuencias son impredecibles. Parece probable que la Bolsa de Nueva York sufra considerablemente por ello y a la vez muchas empresas que establecen contratos son el Gobierno podrían comenzar a despedir a trabajadores por la disminución drástica del gasto público. Todo ello podría llevar a un aumento del paro desde el 7,7 % actual hasta un 9,1 %. Lo que a su vez reduciría el gasto de los consumidores y llevaría a EE.UU. a una nueva recesión. Una recesión que como en el 2008 tendría consecuencias globales, es decir, Europa podría verse afectada.