Medgar Ever era un joven afroamericano que luchó por la igualdad social

EFE

INTERNACIONAL

Fue uno de los muchos afroamericanos que durante aquella época murieron por exigir lo que les correspondía como derecho

28 ago 2013 . Actualizado a las 22:29 h.

Poco se sabe de los personajes anónimos que, como Martín Luther King, lucharon contra las injusticias sociales que su raza tuvo que soportar durante décadas. Uno de ellos fue Medgar Ever, un joven negro de Mississippi, hijo de agricultores y veterano de guerra que en junio de 1963 fue asesinado por perseguir sus derechos.

Criado en una familia humilde, con apenas 17 años abandonó los estudios para alistarse en el Ejército y participar en el desembarco de Normandía. A su regreso, empezó a implicarse en organizaciones locales sobre los derechos civiles y solicitó su admisión en la Facultad de Derecho pero fue denagada.

Cansado de tantas diferencias raciales acabó formando parte de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP), convirtiéndose en uno de sus líderes más importantes. Las amenazas de muerte no tardaron en llegar, muchas de ellas después de que se implicara en el caso de un joven afroamericano, de apenas 14 años, asesinado por rumores acerca de una relación que podría estar manteniendo con una mujer blanca. El cuerpo del adolescente apareció tres días más tarde golpeado y desfigurado en el río Tallahatchie, en Mississippi.

Siguieron intentando asesinarlo a través de cócteles molotov que arrojaron a su casa o intentando atropellarlo al salir de de la oficina de la NAACP. Pero lo que desató la ira de sus adversarios, y que lo llevaría a la muerte, fue un discurso televisivo en el que expuso los objetivos de la lucha por los derechos civiles.

Finalmente, murió a los 37 años por un disparo en la espalda al volver a su casa tras una reunión con la NAACP. Fue enterrado en el cementerio de Arlington, donde más de 3.000 personas acudieron a darle el último adiós. Su asesinato conmocionó al país y su historia sirvió para inspirar películas, canciones o libros. Además, su muerte fue un aliciente más para las casi 300.000 personas que se congregaron en en el Mall de Washington y ante las cuales Martin Luther King proclamaría su histórico anhelo de igualdad y justicia, «I have a dream».

EEUU tardó más de 30 años en condenar a su asesino, Byron De La Beckwith, a favor de cuya inocencia fallaron dos jurados compuestos íntegramente por blancos, pero su viuda, Myrlie Evers-Williams, logró que finalmente el asesino de su marido pagara por ello. Su mujer continuó el trabajo iniciado por su marido, e incluso llegó a ser elegida presidenta de la NACCP y fue una de las dos únicas mujeres invitadas como oradoras para acompañar a Luther King.

El pasado enero, Evers-Williams se convirtió en la primera mujer en pronunciar la oración de apertura durante la investidura del segundo mandato de Barack Obama, , quien además, aquel día, juró sobre una Biblia del doctor King.