París y Londres piden más tiempo a EE. UU. para lanzar el ataque a Siria

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Los inspectores de la ONU darán mañana el informe preliminar sobre el ataque químico

30 ago 2013 . Actualizado a las 12:02 h.

Barack Obama aseguró ayer que aún no ha tomado una decisión sobre la intervención en Siria, mientras el premier David Cameron y el presidente François Hollande presionaban para que esta se retrase a la próxima semana. En un intento de dar legitimidad a la intervención armada, Washington envió al Congreso una copia del informe de inteligencia que confirmaría que el régimen de Bachar al Asad es el responsable del ataque químico que provocó cientos de muertos el pasado día 21. El otro informe que se espera, el de los inspectores de la ONU que están sobre el terreno, será entregado mañana al secretario general Ban Ki-moon. 

«No tengo ningún interés en un conflicto abierto con Siria», dijo Obama, a pesar de que no hay duda de que el ataque químico fue ordenado por Al Asad, y que una acción de este tipo debe tener respuesta internacional. Ahora se encuentra ante el problema de que sus dos aliados, Francia y el Reino Unido, le piden más tiempo.

Después de haberse puesto fecha y hora, a un ataque relámpago y selectivo contra Siria se retrasa, ya que tanto Cameron como Hollande prefieren ahora a esperar a que concluya el informe de los investigadores de la ONU. En esa misma línea se movió ayer la canciller Angela Merkel, que insistió en priorizar la línea de una solución política en sus contactos telefónicos con Hollande, Obama y Putin. A este último también le pidió que apoye en la ONU una reacción unánime ante Siria.

Ban Ki-moon señaló que los inspectores acabarán hoy su trabajo en Siria y mañana mismo le enviarán un primer informe -a falta de los análisis a realizar en Europa-. A la luz de esta información todo indica que Washington podría retrasar la orden de ataque a la próxima semana, aunque en ese caso hay una limitación temporal: Obama tiene previsto viajar a Estocolmo el martes, justo antes de asistir a la cumbre del G-20 en San Petersburgo. Y no hay duda de que el ataque no se realizará con el presidente fuera del país.

Y mientras los teléfonos echan humo y los analistas siguen con sus especulaciones y sus posibles calendarios de guerra, los diplomáticos continúan discutiendo. Ayer volvió a reunirse el Consejo de Seguridad de la ONU a petición de Rusia, aunque no se esperaba ningún cambio en la oposición a la intervención que ese país y China habían mostrado ya el día anterior. Moscú también emitió ayer un comunicado en el que explicaba que el presidente Vladimir Putin había hablado por teléfono con el presidente iraní, Hasán Rohaní, y ambos están de acuerdo que la respuesta al ataque químico debe ser «político-diplomática».

Una vez más el presidente Bachar al Asad negó su responsabilidad en el ataque y aseguró que su país se defenderá de «cualquier agresión» y que las amenazas «no hacen más que aumentar su apego a sus principios y a su independencia».