La oposición española juzga muy tibia la respuesta del Gobierno ante unos hechos que califica de gravísimos
30 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.En España, continúan las exigencias de todas las fuerzas políticas para que Washington ofrezca explicaciones acerca de la actividad de sus servicios secretos, algo a lo que se ha venido negando pese a que el Gobierno de Rajoy ya se lo ha solicitado hasta en tres ocasiones, Pese a ello, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, suavizó ayer las críticas y se mostró convencido de que Estados Unidos «dará las explicaciones necesarias y pertinentes», como corresponde, dijo, «a una relación entre aliados».
En una rueda de prensa conjunta tras la reunión que mantuvo en Vilnius con su homólogo lituano, Linas Linkevicius, Margallo afirmó que «las relaciones con Estados Unidos han sido y son muy buenas», por lo que «dentro de ese margen de cordialidad estoy seguro de que Estados Unidos dará las explicaciones necesarias y pertinentes en este caso, como corresponde a una relación entre socios y aliados, que comparten principios, valores e intereses comunes», añadió Margallo.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que comparecerá hoy en el pleno del Congreso para informar de las conclusiones del Consejo Europeo celebrado la pasada semana en Bruselas, en el que se analizaron las informaciones que han ido surgiendo en torno a ese espionaje de Estados Unidos a países europeos, tendrá ocasión de dar su visión del tema de las escuchas y explicar las decisiones que está adoptando su gabinete para aclarar si hubo o no espionaje frente a algunas voces de la oposición que le solicitan más firmeza en este asunto.
Prudencia
El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, argumentó que el Ejecutivo tiene que ser «prudente» en la petición de explicaciones a Estados Unidos, si bien admitió que hay informaciones de «extrema gravedad». Esa misma expresión fue utilizada por su homóloga socialista, Soraya Rodríguez, al considerar que, si se confirma que Estados Unidos espió a España sería un hecho de «extrema gravedad» que haría que las relaciones de lealtad y confianza mutua se vieran «seriamente dañadas».
El portavoz en el Congreso de IU, José Luis Centella, fue mucho más duro. Acusó al Ejecutivo de ser «demasiado blando y sumiso», reclamó que lleve el espionaje a los tribunales internacionales y pidió la comparecencia de García-Margallo y del director del CNI ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso.
UPyD instó al Gobierno a abandonar la tibieza que ha mantenido en torno al espionaje y no se conforme con simples disculpas de las autoridades norteamericanas. El PNV exigió más explicaciones a Estados Unidos porque «con cuatro buenas palabras» no se resuelve un tema tan «grave». CiU denunció que la NSA «ha sobrepasado con creces las líneas rojas» y reclamó al Gobierno «firmeza» en sus exigencias.