Mohamed Mursi, un líder sin carisma pero tenaz, se convirtió en el primer presidente democrático de Egipto en junio del 2012, en un mandato marcado por sus conflictos con el Ejército, la Justicia y los revolucionarios que lideraron la revuelta contra Mubarak. Su deriva autoritaria rompió en dos a un país lastrado por los problemas económicos y la violencia.
Golpe de Estado
3 de julio. El Ejército da un golpe de Estado, lo destituye y encarcela en un lugar secreto. Los días previos a su caída, millones de opositores exigieron a las calles su dimisión, acusándolo de acaparar el poder en beneficio de los Hermanos Musulmanes, y de querer islamizar Egipto.
Represión
Agosto. El 14 de agosto, policías y soldados mataron a cientos de partidarios de Mursi al dispersar una protesta en El Cairo. Desde entonces, más de mil manifestantes han muerto y más de 2.000 islamistas fueron detenidos, incluidos sus líderes.
Septiembre-octubre
Regreso a la clandestinidad. La Justicia egipcia prohíbe las actividades de los Hermanos Musulmanes y ordena la confiscación de sus bienes. En octubre, el Gobierno retira a la cofradía de la lista de organización gubernamental autorizadas.
Noviembre
Apolo de EE.UU. En su primera visita desde la caída de Mursi, el secretario de Estado John Kerry da un decidido apoyo de EE.UU. a Egipto, pese a que un mes antes había congelado parcialmente su ayuda militar.