La OLP exige que se abra una investigación internacional e Israel niega cualquier implicación en la muerte del «rais»
08 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.La tesis del envenenamiento con polonio de Yaser Arafat ha puesto bajo presión al Gobierno palestino para que lleve el caso ante la Justicia internacional, como había prometido, y obligado a Israel a desmentir cualquier implicación en la muerte del rais.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) es la más ferviente defensora de abrir una investigación internacional sobre el asesinato del que fue su fundador. El presidente palestino, Mahmud Abás, se muestra en cambio más cauteloso y retrasa cualquier reacción oficial a tener sobre la mesa los análisis forenses de los tres equipos (suizo, ruso y francés) que recogieron muestras del cadáver de Arafat en el 2012.
El equipo suizo, que trabaja por encargo de la viuda, Suha Arafat, hizo público ayer su informe final, adelantado el miércoles por Al Yazira. Los forenses de Lausana, François Bochud y Patrice Mangin, evitaron ser categóricos y solo apuntaron que «apoyan razonablemente la hipótesis del envenenamiento» radiactivo por polonio-210 . «No se puede afirmar que el polonio fue la causa de la muerte», destacó Bochud. Pero «tampoco se puede excluir», agregó, recordando que sus análisis tuvieron lugar casi nueve años después del fallecimiento.
«De la misma forma que se formó una comisión de investigación internacional sobre el asesinato [del ex primer ministro libanés] Rafic Hariri, debe haber una sobre el presidente Arafat», declaró a la AFP Wasel Abu Yusef, miembro del comité ejecutivo de la OLP. «El polonio es una sustancia propiedad los Estados, no de las personas», apuntando que el «único» que tenía interés en la muerte de Arafat era Israel.
El ministro de Inteligencia israelí, Yuval Steinitz, negó esas acusaciones, tildándolas de «absurdas» y de ser una «difamación orquestada». «Nunca tomamos la decisión de herirle físicamente», dijo por su parte a Reuters Silvan Shalom, que en el 2044, año en que murió Arafat, era ministro de Exteriores. «En mi opinión se está haciendo una montaña de un grano de arena. Pero incluso aunque hubiese sido envenenado, sin duda no fue Israel. Quizás alguien en el interior tenía la idea o el interés para hacerlo», afirmó Shalom.
Los dos últimos años de su vida Arafat estuvo confinado en la Mukata de Ramala, sede de la presidencia palestina, por el Ejército israelí en momentos en que reprimía la segunda intifada. Desde un principio saltaron las tesis de un asesinato a manos de sus muchos enemigos, apuntando tanto entre sus propias filas como a Israel.