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Los dirigentes alemán y estadounidense se reúnen el viernes con el espionaje y Ucrania de fondo
30 abr 2014 . Actualizado a las 18:31 h.La canciller alemana Angela Merkel se reúne este viernes con el presidente estadounidense, Barack Obama, por primera vez desde que estallara el escándalo del espionaje de Estados Unidos. Sin embargo, la crisis de Ucrania ha dado un giro al que debía ser un viaje para rendir cuentas.
«Uno de los temas principales será Ucrania y la posibilidad de aplicar sanciones de nivel tres (económicas) contra Rusia si persiste la desestabilización en la zona», explicaron fuentes gubernamentales esta semana en Berlín sobre el viaje de trabajo de Merkel a Estados Unidos, casi tres años después de su visita oficial en junio del 2011, cuando fue recibida con honores militares. Merkel y Obama debatirán sobre las soluciones políticas a la crisis en Ucrania con el acuerdo de Ginebra en el centro de todo.
«El tema de la ayuda económica para Ucrania se tratará en el encuentro con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde», agregaron sobre la última reunión de la agenda de Merkel antes de emprender el regreso a Alemania a última hora del viernes. Las relaciones alemano-estadounidenses viven en una especie de montaña rusa desde hace unos años. Es conocida la falta de sintonía entre los dos líderes, pero ambos son conscientes de la necesidad de cooperar en los temas internacionales como ha dejado patente la crisis de Ucrania. «No es ningún secreto que las relaciones entre los dos países han pasado por un periodo rudo», reconoció a principios de año el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, durante su visita a Berlín.
Desde el gobierno alemán se afanan por asegurar que las relaciones «son buenas y estrechas» y consideran el gesto de que Obama le haya concedido cuatro horas después de su viaje por Asia como «un gesto amistoso desde la Casa Blanca». Las relaciones son tensas desde el escándalo por el espionaje masivo por parte de los servicios secretos estadounidenses, que interceptaron durante años millones de comunicaciones en suelo alemán incluido el móvil de la propia canciller. Desde entonces los alemanes reclaman sin éxito que se esclarezca el asunto por completo y exigen un acuerdo antiespionaje.
«Su relación es problemática hoy en día. Merkel tiene que hacer frente a una opinión pública alemana bastante crítica. Creo que ella querrá hacer un par de comentarios más cuando esté aquí, dirá algo como 'bueno, esta fue una terrible violación de la confianza pero necesitamos trabajar juntos y vamos a seguir adelante'», asegura a dpa Stephan Szabo, experto de la Fundación German-Marshall y director de su Academia Trasatlántica. «Los amigos confían, no se espían», es el lema sobre el que se basa Merkel, que esperaba tener acceso a las actas de la NSA sobre ella. De acuerdo a la publicación alemana Der Spiegel, sólo en el 2009 la NSA produjo 300 informes sobre ella.
La negativa de Estados Unidos a permitir el acceso a dichos informes parece que empujó a la mandataria alemana a decantarse por la Cámara de Comercio para dar su único discurso en suelo estadounidense el viernes después de su encuentro con Obama, como apuntan algunos diarios alemanes como Die Welt. Su presidente, Tom Donahue, se alza como el más férreo enemigo del mandatario estadounidense. El lobista industrial de 75 años es toda una institución en Washington. La Cámara de Comercio representa no sólo a tres millones de empresarios del país sino que se ve bajo la dirección de Donahue como una máquina de agitación contra los proyectos centrales del gobierno de Obama.
«La elección de Merkel para dar su discurso ha provocado irritación en La Casa Blanca», reconoció a la televisión pública alemana ARD Michael Werz, del Center for American Progress, cercano a los demócratas. La canciller alemana defenderá en ese marco el Tratado de Comercio e Inversión Trasatlántica (TTIP) entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos. Merkel no quiere usar el acuerdo de libre comercio como moneda de cambio para conseguir el acuerdo antiespionaje. Sin embargo, algunos expertos dudan de que se pueda conseguir lo uno sin lo otro.
«Si no hay un acuerdo Unión Europea-Estados Unidos sobre privacidad de datos, entonces es muy poco probable que el Parlamento Europeo apruebe el TTIP», aseguró Dan Hamilton, director del Centro para las Relaciones Transtlánticas de la Universidad Johns Hopkins. Junto con el TTIP, la NSA y Ucrania, está previsto que los dos mandatarios hablen sobre la retirada de tropas alemanas en Afganistán, las elecciones en Siria consideradas por Alemania como «una farsa» y los nuevos pasos a seguir en el conflicto israelo-palestino después del fracaso de las conversaciones de paz.
Merkel aterrizará el jueves por la tarde en Washington (08:30 hora local), donde está prevista una cena con senadores en la residencia del embajador alemán en Estados Unidos. El viernes asistirá a un desayuno con representantes del sector empresarial y político y posteriormente acudirá a la Casa Blanca donde se reunirá y almorzará con Obama.