Lidera el Ejército de Liberación Libio, al que apoyan otras milicias antiislamistas
21 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Libia vive estos días su enésimo episodio de tensión desde la caída de Moamar el Gadafi en el 2011, en esta ocasión tras la figura de Jalifa Haftar, un general renegado que en febrero prometió «rescatar» el país. Haftar, antiguo aliado de Gadafi, se rebeló contra su mentor en los 80 y pasó 20 años en EE.UU. antes de regresar en el 2011.
Su gran reaparición llegó en febrero, cuando reclamó en televisión que un Gobierno interino asumiese la responsabilidad en lugar del Parlamento, paralizado por las divisiones que persisten desde el fin del antiguo régimen. Su encendido discurso desencadenó especulaciones sobre movimientos de tropas e incluso temores de golpe de Estado, pero no ha sido hasta ahora cuando sus adeptos han comenzado a hacerse visibles, aparentemente tras meses de contactos en la sombra. Dos unidades militares ya han anunciado su apoyo al autoproclamado Ejército Nacional Libio de Haftar.
El riesgo de una división más profunda se hizo patente el domingo, tras el ataque al Parlamento de Trípoli y los posteriores enfrentamientos. Un diplomático occidental ha alertado del «matrimonio de conveniencia» que pueden firmar los simpatizantes de Haftar y de otros grupos que «tienen intereses comunes» en un país que políticamente vive en un «limbo».
Por una parte, los residentes de Zintán y las brigadas aliadas Al Qaqaa y Al Sawaeq, activas en Trípoli, son abiertamente antiislamistas y respaldan a la Alianza de Fuerzas Nacionales, una coalición de partidos nacionalistas encabezados por un dirigente del antiguo régimen.
Por otra parte, las brigadas de Misrata tienen afinidad con los islamistas e incluso apoyan al brazo político de los Hermanos Musulmanes. En este grupo se englobarían las distintas facciones islamistas y sus socios.
En el este de Libia, el apoyo a Haftar es más visible, gracias en gran medida al malestar acumulado contra Trípoli. Autoridades y habitantes de Bengasi recriminan al Gobierno central haberlos dejado a su suerte frente a la violencia. La fuerza aérea, al menos en Bengasi, se sumó abiertamente a su campaña y varios helicópteros han participado en los bombardeos contra bases islamistas. Además, una base de Tobruk también brindó el lunes su apoyo al general renegado.
Libia celebrará elecciones el 25 de junio, según una cadena local que citó a la Comisión Electoral.