Kiev y Moscú se ponen de acuerdo sobre el convoy humanitario
14 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Vladimir Putin desembarcó ayer en Crimea, arrebatada a Kiev en marzo. Allí se reunió con su Consejo de Seguridad y hoy lo hará con miembros del Parlamento ruso, en un momento de tensión con Ucrania por el envío del convoy humanitario. Ahora que sus planes de desestabilizar el este del país vecino parece que no cuajan, al estrecharse poco a poco el cerco sobre los dos bastiones rebeldes, Lugansk y Donetsk, visita por segunda vez desde su anexión a la Federación Rusa la península de Crimea. La primera había sido el 9 de mayo, para presidir un desfile militar conmemorativo de la victoria sobre la Alemania nazi.
El jefe del Kremlin presidió en la base de la Flota del Mar Negro de Sebastopol una reunión de su Consejo de Seguridad. Hoy viaja a Yalta, donde se reunirá con miembros de la Duma, con el primer ministro, Dmitri Medvédev, y con otros miembros del Gobierno. El número dos del partido Rusia Justa, Mijaíl Emeliánov, aclaró, según Efe, que hablarán «de asuntos internacionales de actualidad vinculados con la situación en el este de Ucrania, con las sanciones occidentales contra Rusia y, en general, de las relaciones con Occidente».
Además de exhibir músculo en Crimea, Rusia anunció que estudia crear una aerolínea, compuesta de aviones fabricados en la Federación para evitar las sanciones occidentales, asegurar los vuelos regulares a la península.
«Crimea está ilegalmente ocupada. Es inaceptable la presencia de los líderes rusos», aseguró Danilo Lubkivski, viceministro de Exteriores ucraniano.
Ucrania acepta el convoy
Aunque el recelo de Kiev sobre las verdaderas intenciones del Kremlin al montar por su cuenta el convoy con ayuda humanitaria no ha remitido, finalmente ucranianos y rusos acordaron cómo llegará a su destino. El recorrido también ha cambiado y ya no entrará por Járkov, sino «por el paso más cercano a Lugansk». Allí, el cargamento será revisado por la OSCE y atravesará territorio rebelde hasta Lugansk.
En esta ciudad, «la distribución de la ayuda entre la población civil correrá a cargo de la Cruz Roja», según el portavoz de la Presidencia ucraniana, Sviatoslav Tsegolko. El presidente Petro Poroshenko tomó la decisión tras hablar con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.