El director de Extranjería luso dimite tras su ingreso en prisión por los visados de oro

Begoña íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Se suma a la dimisión del ministro de Administración Interna, Paulo Macedo

20 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los quebraderos de cabeza se agudizan cada día para el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, por el cariz que está tomando la operación Laberinto, como se denomina al escándalo de visados de oro. A la dimisión del ministro de Administración Interna, Paulo Macedo, hay que añadir, ayer, la de Manuel Palos, director del Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF). Su renuncia llegó tras decretar su prisión preventiva el Tribunal de Instrucción Criminal de Lisboa.

El juez Carlos Alexandre ha decretado prisión preventiva para tres de los once detenidos en la trama de corrupción, tráfico de influencias, hurto de caudales públicos y blanqueo de capitales en la concesión de visados a inversores no comunitarios. Además de Palos, otros dos altos funcionarios, la exsecretaria general del Ministerio de Justicia, María Antonia Anes, y Antonio Figueiredo, director del Instituto de Registros y Notariado, tendrán que permanecer en este régimen mientras la fiscalía formaliza las acusaciones antes del juicio.

Se da la circunstancia de que los tres tenían, desde hace años, una estrecha relación personal con el exministro Miguel Macedo. Este aseguró ayer que no tenía «culpa ni responsabilidad personal» en el caso y dijo que abandonaba el cargo por voluntad propia, al ver disminuida su autoridad.

La nueva ministra de Administración Interna, la independiente Anabela Rodrigues, tomó ayer posesión de su cargo ante el presidente de la República, Cavaco Silva, y todo el Ejecutivo portugués. El viceprimer ministro, Paulo Portas, tendrá que comparecer hoy en el Parlamento para dar explicaciones sobre la operación. Portas fue quien impulsó y puso en marcha los visados de oro, a finales de 2012, cuando era ministro de Exteriores.