El presidente busca un hombre de consenso para la presidencia de la República
30 ene 2015 . Actualizado a las 07:28 h.Quienes lo conocen bien definen a Sergio Mattarella como un hombre de una pieza. Este siciliano nacido en Palermo en 1941 ha pasado los terremotos de la política italiana sin mancharse las manos y conservando siempre su integridad moral. Católico, reservado, prudente y poco amigo de aparecer en fotos y de frecuentar camarillas, hoy es juez constitucional por elección parlamentaria. Está casado y tiene tres hijos.
Aunque poco conocido fuera de Italia, en su país este abogado y docente universitario ha tenido una larga carrera política iniciada en las filas de la Democracia Cristiana (DC), donde ya habían militado su padre y su hermano Piersanti. Fue el asesinato de este en 1980 a manos de la mafia cuando era presidente regional de Sicilia lo que lo empujó a entrar en política y presentarse a las elecciones de 1983. Poco después, Ciriaco de Mita, al que estaba muy unido, lo envió a Sicilia para limpiar la DC de políticos cercanos a la mafia.
Hombre de principios, en 1990 dimitió como ministro de la Instrucción de Giulio Andreotti, en protesta por la ley que concedió tres televisiones a Berlusconi. Un enfrentamiento que más tarde se reflejó de nuevo en Europa, cuando calificó de «pesadilla irracional» la admisión de Forza Italia en el Partido Popular Europeo.
Autor de la Mattarelum
Mattarella fue uno de los pocos políticos que salió indemne del caso de corrupción Tangentópolis y de la desaparición de la DC. Suya es la ley electoral de 1993 conocida como Mattarelum, que dio paso a la II República. Con Romano Prodi fundó el Olivo y fue ministro de Defensa de 1999 al 2001 con Massimo D'Alema y Giuliano Amato. Hace siete años se retiró de la política activa y, aunque está próximo al PD, nunca ha militado en sus filas.