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Nuevo paso de India y China para dejar atrás sus recelos

sara R. Estella PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

AFP

El primer ministro Modi visita a Xi Jinping para limar diferencias e impulsar la colaboración entre las dos potencias

15 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La cuidada bienvenida, con danzas tradicionales incluidas, era el primer reflejo de la importancia que da China a la visita del jefe del Gobierno indio. En su primer viaje oficial a la segunda potencia económica mundial, Narendra Modi fue recibido en Xian, la tierra natal del presidente chino, en lugar de en la capital, Pekín, donde suelen despacharse las visitas oficiales. De esta forma, Xi Jinping devolvía el gesto que Modi tuvo el pasado mes de septiembre, cuando lo acogió en su ciudad natal de Ahmadebad durante su primer viaje a la India.

Mediante este encuentro personal, clave en la estrategia diplomática china antes de adentrase en asuntos complejos, los líderes de las dos principales potencias emergentes del mundo confirmaron un acercamiento en sus relaciones. Xi y Modi ven a sus respectivos países como socios complementarios. China busca revitalizar su desacelerada economía exportando alta tecnología con sus trenes de alta velocidad como referencia, y la India está dispuesta a abrirse a la inversión de su vecino para impulsar su sector manufacturero y para modernizar sus deficitarias infraestructuras, como carreteras, vías o aeropuertos. Según el diario oficial chino Global Times, ambos países firmarán acuerdos comerciales por valor de 10.000 millones de dólares durante los tres días que durará la visita.

Esta dependencia económica de las dos potencias las ha llevado a limar algunas de sus diferencias políticas, pero no todas. China y la India buscan aumentar su influencia en Asia mediante alianzas y pactos con otros países que les resultan incómodos mutuamente. El más reciente, el acuerdo de 46.000 millones de dólares para construir un corredor entre China y Pakistán que la India no ve con buenos ojos, ya que atravesará una zona que reclama como parte de su territorio.

Viejas disputas fronterizas

Otro escollo en las relaciones de los dos países son sus disputas fronterizas en los Himalayas occidentales, conocidos como el Tíbet del sur, que incluso desencadenaron una breve guerra en 1962. Sin embargo, ahora Pekín estaría interesado en zanjar esos desencuentros para centrarse en su ambición por dominar el mar del Sur. Allí mantiene disputas territoriales con sus vecinos por el control de unas islas que considera estratégicas para expandir su hegemonía regional. A estos conflictos se suma el interés de China de acercarse a la India para contrarrestar la influencia de Estados Unidos en la región, donde ya tiene el apoyo de países como Australia o Japón.