El fantasma de una tercera intifada ha estado presente desde el 2014, pero los últimos ataques y la represión israelí hacen temer un nuevo levantamiento popular
14 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El fantasma de una tercera intifada ha estado presente desde el 2014, pero los últimos ataques y la represión israelí hacen temer un nuevo levantamiento popular. Llámese o no intifada, difiere de las anteriores en que no tiene ni una organización ni un líder y mezcla la frustración social con el radicalismo religioso.
¿Estamos ante una tercera intifada?
El riesgo existe y cualquier chispa puede prender la hoguera como ocurrió en la intifada de las piedras (1987-93) y la intifada de Al Aqsa (2000-05). Es difícil saber si la ola de violencia degenerará en enfrentamientos, atentados y ofensivas militares israelíes como en las dos anteriores con un trágico saldo de víctimas. Todo dependerá de si se recrudecen los ataques y de las represalias que tome Netanyahu. Muchos consideran que una mayor represión incendiará aún más las protestas.
¿Por qué ahora?
Los palestinos se sienten frustrados e impotentes. Han perdido toda esperanza de tener un Estado, el bloqueo a Gaza sigue y su progreso económico es incierto, por no decidir nulo. Mientras, ven como las colonias se extienden por Jerusalén Este y Cisjordania, al mismo tiempo que los controles israelíes. La frustración palestina está acompañada del fortalecimiento y la radicalización de los colonos judíos. Algo nada casual. Uno de sus líderes, Naftali Bennett, es un socio clave de Netanyahu, que lidera uno de los gobiernos más a la derecha de la historia de Israel. Su objetivos es construir más colonias y cambiar el statu quo del Monte del Templo para los judíos, la explanada de las Mezquitas para los musulmanes. Una vez más ese lugar sagrado ha sido el foco inicial de las tensiones (la visita de Ariel Sharon inició la segunda intifada) con el aumento de la visitas de judíos para rezar.
¿Quiénes se manifiestan?
Los jóvenes palestinos que se han envuelto en la kufiya para enfrentarse a pedradas contras los soldados pertenecen a una generación que nació después de los Acuerdos de Oslo (1993), que debían llevar a la creación de un Estado palestino en esta década. De Israel solo conocen su muro, sus colonos y sus controles. Esta generación, crecida con las redes sociales y las noticias sobre la Primavera Árabe y el bloqueo a la Franja, parece no tener nada que perder. Dos tercios de la población palestina tienen menos de 30 años, no están adscritos a ningún partido o movimiento y no dudan en criticar a sus políticos. No les basta que Mahmud Abás lograse el estatus de Estado observador en la ONU, el izado de la bandera y su desvinculación de los Acuerdos de Oslo, quieren más. Por primera vez, las mujeres participan en las protestas y la minoría árabe, alrededor del 20% de la población de Israel, se ha unido a la lucha.