
Diez presos yemeníes sin acusación, trasladados a Omán
15 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El jefe del Pentágono, Ashton Carter, anunció ayer el traslado a Omán de diez presos yemeníes del centro de detención de Guantánamo, donde quedan ya menos de cien reclusos. Según informó durante el acto en el que asumió el nuevo jefe del comando que supervisa el centro, el presidente de EE.UU., Barack Obama, trabaja a marchas forzadas «para cerrar este capítulo» de la historia del país.
Según DPA, ninguno de los trasladados había sido acusado formalmente de ningún crimen en el tiempo que estuvieron encarcelados en el penal utilizado desde los tiempos de George W. Bush para confinar a sospechosos de terrorismo islámico. Entre los que han sido liberados en esta tanda destaca Samir Naji al Hasan Muqbil, que llegó a Guantánamo el día que abrió el centro de detención hace 14 años, y cuyo caso acaparó la atención pública cuando en abril de 2013 escribió un artículo de opinión en The New York Times, titulado «Guatánamo me está matando», en el que informaba de su huelga de hambre y la alimentación forzada a la que había sido sometido.
En el presidio quedan aún 93 presos, de las 780 personas que han sido encarceladas allí desde el 2002. Según datos del rotativo neoyorquino, 678 fueron transferidos a 56 países y nueve murieron allí. Seis de los detenidos fueron enviados a Uruguay, cinco a España, dos a El Salvador y dos a Portugal. Unos 34 detenidos se encuentran en la lista de presos cuyo traslado ha sido recomendado si se cumplen las condiciones de seguridad en el país que los acoja. Leon Wolosky, responsable del Departamento de Estado para el cierre de Guantánamo, espera que puedan ser trasladados a mediados de año.
La senadora republicana Kelly Ayotte criticó la decisión de trasladar a los diez presos yemeníes a Omán, al considerar que es «un velado intento de socavar la voluntad del Congreso» y advirtió que la decisión podría poner en peligro al pueblo estadounidense. No obstante, choca con la determinación de Obama, quien ha prometido en varias ocasiones que antes de abandonar la Casa Blanca en enero del 2017 cerrará Guantánamo.
Aunque el Gobierno de EE.UU. ha logrado reducir la población de presos de Guantánamo, hay docenas de prisioneros que no pueden ser trasladados porque se les considera demasiados peligrosos o porque no pueden ser sometidos a juicio. Entre ellos se encuentra Khalid Sheikh Mohamed, considerado uno de los cerebros de los atentados terrorista del 11S. El Congreso, dominado actualmente por los republicanos, ha prohibido hasta ahora a Obama trasladar a los presos de Guantánamo a suelo estadounidense, tal como pretendía para echarle el cierre.