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«Los griegos también tenemos un límite, esto no puede durar»

Leticia Álvarez IDOMENI / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

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Voluntarios y vecinos de Idomeni reparten comida y mantas a los refugiados varados en la frontera macedonia

06 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Patatas y ensalada con un poco de sal. Es el menú que un grupo de amigos de Tesalónica ha preparado para más de 3.000 personas. Reunieron el dinero suficiente gracias al boca a boca. Voluntarios de todas las partes del mundo se han trasladado al puesto fronterizo de Idomeni, hay organizaciones locales pero también familias griegas que ven pasar todos los días delante de sus casas a los refugiados cargados con mantas. Conviven con la desesperación que se vive en la frontera de Macedonia. Y han decidido actuar.

«Venimos para ayudar a todas personas que están atrapadas aquí, porque no podemos quedarnos parados en casa», explica Heleni. Son cerca de 50 personas, amigos, familiares, el grupo está abierto a todo aquel que quiera ayudar. No son los únicos, junto a ellos unos agricultores traen 300 kilos de patatas y manzanas. «No todos los días podemos traer comida pero intentamos venir todas las semanas», explica Yorgos al mando de la furgoneta que transporta los sacos de comida. En el camino que separa la localidad de Evzoni e Idomeni es habitual ver a los vecinos helenos parar sus coches, abrir el maletero y repartir ropa, comida, mantas, agua, cualquier donación es buena.

Grecia sufre las últimas semanas la decisión unilateral de Austria y los Gobiernos balcánicos de restringir el paso a miles de refugiados. El número de tiendas de campaña aumenta en Idomeni. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, en una entrevista al diario alemán Bild ha vuelto a cargar contra la insolidaridad europea. ¿Cómo vamos a detener a la gente que quiere seguir su camino? No tenemos derecho, no podemos encerrar a la gente, eso iría en contra de tratados internacionales», reclamó Alexis.

Para Tsipras la crisis de los refugiados es más peligrosa que la de la deuda, algo en lo que también coinciden los helenos, testigos del mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial.

«Los ciudadanos griegos también tenemos un límite, esto no puede durar para siempre. ¿Por qué siempre tenemos que cargar nosotros con los problemas de Europa?. Ellos quieren ir a Alemania. No quieren estar aquí», reclama María vecina de una localidad cercana a Idomeni. Viene cuando puede para traer fruta.

13.000 personas

El propio gobernador regional de Macedonia Central, Apostolos Tzitzikostas, que se acercó hasta el puesto fronterizo de Idomeni, pidió al Gobierno de Grecia la declaración de estado de emergencia. El número de refugiados que llega al norte del país sigue aumentando. La última cifra facilitada por el Gobierno habla de más de 13.000 personas, cerca de mil más que en las últimas 24 horas.

Mientras, en la vecina Bulgaria cuatrocientos soldados, blindados y helicópteros tomaban la frontera en unas maniobras para prepararse ante un posible desvío de la ruta de los Balcanes. El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, se mostró firme en su intención de proteger su frontera con Grecia. «Exigimos a Grecia que cumpla sus obligaciones en la gestión de la crisis migratoria. Si necesita ayuda, Bulgaria está dispuesta a enviar agentes que resolverán el problema de tráfico de personas en un solo día», declaró el expolicía y guardaespaldas Borisov.

Albania, un país de apenas 2,8 millones de habitantes y cuya mayoría pertenece a la fe musulmana, está también en el punto de mira. El jefe del Ejecutivo, Edi Rama, ha avisado de que su país no levantará fronteras. De visita en la capital albanesa, la jefa para la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha avisado de que la crisis de los refugiados solo está afectando de forma limitada al país albanés, de momento no forma parte de la ruta de los Balcanes pero si el resto de las fronteras siguen cerradas Albania podría pasar a ser un país de tránsito para los miles de refugiados atrapados en Grecia.