La UE se rinde ante Turquía para mantener vivo el acuerdo migratorio

INTERNACIONAL

La afluencia de refugiados ha caído un 90 %, aunque Bruselas no quiere bajar la guardia
11 jun 2016 . Actualizado a las 11:01 h.«El verano se acerca y hay mucho trabajo por hacer». Es la advertencia que lanzó ayer el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, al finalizar su reunión con los ministros del Interior de la UE en Luxemburgo. El griego aplaudió el «éxito» que está cosechando el acuerdo con Turquía para reducir las llegadas de migrantes a Grecia a través del mar Egeo. La afluencia ha caído un 90 %, pero Bruselas no quiere bajar la guardia. Hay dos factores que pueden echar por tierra el dudoso plan de deportaciones al vecino turco.
El primero de ellos es la escasa celeridad con la que Grecia está tramitando las expulsiones. El Gobierno heleno está recibiendo grandes presiones para que envíe de vuelta a los refugiados que llegan a sus islas acortando los plazos y los trámites, pero Atenas esgrime que hay multitud de recursos abiertos en los juzgados y que no dispone de mayores recursos. A ello se le suma la dificultad de maniobrar en una situación de colapso. Hay más de 50.000 migrantes en el país porque las reubicaciones desde el resto de Europa avanzan a cuentagotas. «La situación no mejorará en Grecia si no aumentamos de forma drástica las reubicaciones», admitió Avramopoulos.
La ley antiterrorista
Otro foco de problemas es Ankara. El Gobierno turco asume que no habrá liberalización de visados hasta octubre, pero no está dispuesto a conceder más prórrogas a la promesa de la UE de abrir las puertas a sus ciudadanos. El problema es que Turquía se niega a cumplir con uno de los 72 criterios para dar luz verde a la medida: la redefinición de terrorismo. El momento es delicado. Las autoridades turcas mantienen una batalla sin tregua en el este del país contra el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y utiliza su amplio enfoque para meter en el mismo saco a opositores políticos y al Estado Islámico. La Comisión Europea teme que el acuerdo acabe teniendo fecha de caducidad así que estudia la posibilidad de rendirse ante Ankara. En lugar de una redefinición radical de la ley antiterrorista, estaría dispuesta a aceptar una nueva «en línea» con los estándares europeos. Una jugada retórica de los eurócratas para pasar por alto el incumplimiento de ese requisito.
«Para final de verano, nuestro deseo y convicción es que a España hayan llegado ya 1.000 refugiados procedentes de Grecia y Turquía», anunció el ministro del Interior, Fernández Díaz. La promesa llega en pleno arranque de campaña electoral y tras meses dando la espalda a las llamadas de Bruselas a aumentar el ritmo de acogida. España podría recibir en los próximos dos meses a 400 refugiados (200 de Grecia y 200 de Turquía) que se sumarían a las 586 plazas ofrecidas para el reasentamiento de refugiados desde Grecia, Italia y Líbano.