
Un tribunal ordena el arresto del vicepresidente kurdo
20 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El Gobierno del Kurdistán iraquí recogió el guante lanzado por el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, pese a que las tensiones siguen y el pulso llega a la Justicia, que el miércoles dictó una orden de arresto contra el vicepresidente kurdo, Kosrat Rasul Alí por calificar de «fuerzas de ocupación» a los soldados iraquíes que entraron el lunes en Kirkuk.
El Gobierno autónomo aceptó la oferta de diálogo que Al Abadi lanzó el martes, aunque el primer ministro dejó claro que esos contactos deben enmarcarse dentro de la Constitución y que el referendo independentista «forma aparte del pasado».
«El gabinete del Kurdistán acoge favorablemente la iniciativa del primer ministro Al Abadi de iniciar negociaciones para solucionar los problemas en suspenso según la Constitución y los principios de una asociación», según un comunicado oficial. La decisión se tomó en una reunión presidida por el primer ministro kurdo, Nechirvan Barzani, del partido PDK, y del viceprimer ministro, Qubad Talabani, del UPK. En el comunicado también se pide «la contribución de la comunidad internacional para que patrocine ese diálogo».
A primera hora, un tribunal iraquí acusaba al vicepresidente Kosrat Rasul de insultar e incitar a la violencia contra las tropas iraquíes, delito penado con siete años de cárcel. No se especificó cómo será arrestado, puesto que Bagdad no tiene fuerzas de seguridad propias en el Kurdistán. Kosrat es un veterano militar de los peshmergas que lideró la lucha contra el Estado Islámico en Kirkuk y sus campos petroleros. Su máxima es que lo que se ha sido conquistado con sangre kurda seguirá siendo tierra kurda.
Retirada de los chiíes
Las milicias chiíes anunciaron el miércoles su retirada de la provincia de Kirkuk, en cumplimiento de una orden emitida el miércoles por Al Abadi. El portavoz de los paramilitares financiados por Irán, Ahmed al Asadi, acusó a medios kurdos de estar difundiendo mentiras al afirmar que las tropas iraquíes matarán a los kurdos que vuelvan a Kirkuk. Decenas de miles de kurdos suníes huyeron ante el temor a ataques de las milicias chiíes. Según las autoridades kurdas, más de 18.000 familias han abandonado la provincia de Kirkuk hacia la región autónoma en los últimos cuatro días. El gobernador de la provincia de Erbil, Nauzad Hadi, informó a Efe de que esas familias representan unas 100.000 personas. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló, sin embargo, que la mayoría de los desplazados de Kirkuk han regresado.
Aunque el ministro de Exteriores de del Kurdistán iraquí, Falá Mustafá Bakir, aseguró que no buscan una guerra con el Ejército de Irak, un comandante de los peshmergas anunció que ha desplegado tropas en los alrededores de Kirkuk y estaban «totalmente preparados» para una ofensiva. El Consejo de Seguridad de la ONU instó a una distensión del conflicto.