El exalcalde de Caracas se le escapa a Maduro

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Luisa Gonzalez | DPA

Ledezma, que alcanzó Colombia tras una fuga de 900 kilómetros, tenía previsto llegar hoy a Madrid

18 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Fueron mil y una noches, con sus días, los que Antonio Ledezma pasó en prisión primero, y en arresto domiciliario después, antes de evadirse de su residencia, emprender un viaje de 900 kilómetros por carreteras fuertemente custodiadas y arribar a la aduana fronteriza de Cúcuta, en la vecina Colombia, la madrugada del viernes, escapando del Gobierno de Nicolás Maduro.

El exalcalde metropolitano de Caracas, que el miércoles cumplió mil días detenido sin que se le iniciara un proceso judicial, señaló al arribar a Colombia que su evasión «fue una travesía peliculesca». Reveló para desdoro de los controles policiales, una tradición en Venezuela especialmente en las cercanías de las fronteras, que «pasamos por más de 29 puestos de la Guardia Nacional y de las policías del Gobierno». «Pero Dios es muy grande», se felicitó. «Mi esposa y mis hijas han sufrido mucho porque pasaron horas sin saber dónde estaba», afirmó a la cadena colombiana Caracol, en la que también aseguró no haber tenido complicidades. «Esto solo lo consulté con mi conciencia».

Respondía así Ledezma a los comentarios que se regaron como pólvora por las redes sociales apenas se conoció la noticia de su fuga: que es imposible una empresa de esa magnitud sin contar con ningún apoyo dentro de un Gobierno que aún no ha reaccionado y que, según fuentes cercanas al dirigente opositor, había amenazado con devolverlo a la cárcel por su postura frontal de rechazo al nuevo diálogo que sostendrá con la oposición el 1 y 2 de diciembre en la República Dominicana.

El dirigente opositor, de línea dura, permaneció apenas unas horas en Colombia, el tiempo justo para enlazar con Madrid, donde reside su esposa Mitzy Capriles y adonde tenía previsto llegar en la mañana de este sábado según Oscar Naranjo, vicepresidente de ese país. «Cualquier destino para luchar por la libertad es bueno, la brújula mía tiene varios destinos, voy a hacer un peregrinaje por todo el mundo», señaló el exalcalde, cuyo padre fue un inmigrante llegado de las islas Canarias a Venezuela en la década de los 40 del siglo pasado.

Ledezma envió un mensaje al presidente de su país. «Es hora de que se haga a un lado y permita un Gobierno de transición, Maduro está matando de hambre al pueblo de Venezuela. Mientras paga 72.000 millones de dólares en servicio de deuda, el pueblo no tiene ni qué comer», denunció. Tan pronto se supo que se había evadido, dirigentes políticos internacionales saludaron la fuga. Luis Almagro, secretario de la Organización de Estados Americanos, señaló que Ledezma «ahora está libre para liderar la lucha desde el exilio para la instauración del sistema democrático en su país». El expresidente colombiano Andrés Pastrana le dio la «bienvenida a la libertad».

Apenas el miércoles, la esposa de Ledezma y otros dirigentes de su partido, Alianza Bravo Pueblo, impulsaban en Twitter la etiqueta #Ledezma1000DiasPreso, para destacar que el alcalde de Caracas, un cargo que obtuvo en elecciones en 2009 y que retuvo en 2013, había pasado por diez audiencias fallidas para iniciar el juicio en su contra, tras ser acusado de conspiración y traición a la Patria por el presidente Nicolás Maduro en febrero de 2015. Junto con Leopoldo López, quien está arrestado desde febrero de 2015, y María Corina Machado, a quien entregó «la bandera» el viernes y en quien dijo «confiar plenamente», Ledezma impulsó en 2014 el movimiento denominado La Salida, que dejó decenas de muertos por la represión en una serie de protestas que, como las de este año, se prolongaron durante meses.

En tanto, la policía política allanó todos los apartamentos del edificio donde residía el exalcalde metropolitano, al este de Caracas, en apariencia, intentando explicarse cómo se produjo la fuga. Fuentes policiales indicaron a La Voz que por problemas de personal, de moral y operativos en las policías, la vigilancia a los miembros de la oposición que se encuentran bajo arresto domiciliario, incluso a los más importantes, ha bajado de intensidad.