Las protestas de Irán entran en una espiral de violencia con diez muertos

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

EFE

Los manifestantes atacan comisarías, cuarteles, centros religiosos y bancos

02 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La ola de protestas que sacude Irán desde hace cinco días ha entrado en una fase de violencia y caos, con al menos una decena de muertos en enfrentamientos, un número indeterminado de policías heridos, un mínimo de 300 detenidos y fuertes disturbios en varias ciudades donde, según la televisión estatal, los manifestantes arremetieron, y en algunos casos las incendiaron, contra instalaciones estatales como comisarías, cuarteles militares, sedes del Basij (la milicia islámica del régimen), centros religiosos y bancos.

La mayor parte de las muertes se produjeron el domingo en Toyserkan (oeste) e Izeh (suroeste). En Dorud (oeste), dos pasajeros de un coche perecieron cuando unos manifestantes se apoderaron de un camión de bomberos, lo lanzaron por una pendiente y lo hicieron chocar contra el vehículo. Según confirmó a Reuters un portavoz policial, entre los muertos también se encuentra un policía alcanzado en Nayafabad por disparos realizados con un fusil de caza que dejaron otros tres agentes heridos. Efe informa, por su parte, que en la ciudad de Arak, situada en la provincia de Markazí, los manifestantes golpearon a once policías y acuchillaron a otro, que se encuentra hospitalizado en grave estado.

El cariz que han ido adoptando las protestas también desarboló parte del discurso del presidente Rohaní. En los primeros compases de la crisis se mostró comprensivo con los manifestantes y afirmó en el Parlamento que sería un error considerar que las protestas se debían única y exclusivamente a una conspiración extranjera. «Los problemas de la gente no son simplemente de naturaleza económica. Están pidiendo más libertades», afirmó en lo que se interpretó como un reproche a quienes se han venido oponiendo, desde el ala dura, a sus intentos de emprender reformas culturales y políticas.

Si las protestas, indicó entonces, debían ser vistas como una oportunidad y no como un peligro, ayer llegó la rectificación a la vista de que ni sus palabras contemporizadores ni el control de las redes sociales lograban aplacar la indignación en las calles. «El pueblo iraní responderá a los alborotadores». Son «enemigos de Irán» que azuzaron a ciertos grupos para promover incidentes porque no toleran los «éxitos» que el país ha obtenido con el acuerdo nuclear suscrito en julio de 2015 con el G5+1 y en sus medidas contra el terrorismo en la región.

Desde el jueves se están registrando en Irán fuertes protestas que en un principio estaban dirigidas contra de la política económica y exterior del Gobierno y que incluían críticas a su creciente presencia militar en países árabes como Siria o Yemen. Pero cada vez son más las consignas que se escuchan contra el régimen fundamentalista en su conjunto y contra el líder supremo del país, Alí Jamenei. El sábado y el domingo las protestas explotaron de lleno en Teherán al tiempo que se generalizaban a otras muchas ciudades. Al caer la noche de ayer, se desencadenaron nuevos disturbios en el centro de la capital. La agencia de noticias Fars, cercana a los conservadores, mostró imágenes de un vehículo ardiendo.