Trump exprime la liberación de presos en Corea del Norte para tapar el Rusiagate

ADRIANA REY NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

AFP | MARK WILSON

El magnate y Kim se verán las caras por primera vez el 12 de junio en Singapur

11 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

12 de junio en Singapur. Estas son las coordenadas de la que será una de las cumbres más importantes en los últimos tiempos. Tras más de sesenta años desde el fin de la guerra de Corea, los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte se sentarán frente a frente en un intento de que Kim Jong-un acepte la desnuclearización de la península y cumpla los compromisos alcanzados. Será la primera vez en la historia que se reúnan un líder norcoreano y un presidente en funciones estadounidense, ya que, en el pasado, tanto Bill Clinton como Jimmy Carter viajaron a Piongyang, pero en misiones humanitarias y sin ser ya presidentes. «¡Ambos trataremos de hacer que sea un momento muy especial para la paz mundial!», exclamó Donald Trump en las redes sociales tras anunciar el encuentro. La Casa Blanca había estado considerando diferentes lugares para la reunión. Incluso se planteó la opción de efectuar el cara a cara en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas, donde hace escasas semanas Kim Jong-un y el líder surcoreano Moon Jae-In, acordaron firmar la paz definitiva antes de que acabe el año.

Relaciones encauzadas

Las relaciones de Washington con Piongyang han mejorado considerablemente en los últimos meses. Buena prueba de ello ha sido la liberación de tres estadounidenses presos en Corea del Norte. Trump y la primera dama los recibieron ayer a las tres de la madrugada en la base aérea de Andrews, cerca de la capital estadounidense. Con gesto de alivio y con los brazos levantados en señal de triunfo, Kim Dong-chul, Tony Kim y Kim Hak-song, fueron abrazados por el presidente. «Queremos agradecer a Kim Jong-un, que realmente se ha comportado de manera excelente con estas tres personas increíbles», manifestó el magnate.

Los liberados, todos de origen surcoreano pero nacionalizados posteriormente estadounidenses, fueron condenados por espionaje o por «actos hostiles» contra el régimen norcoreano. En su viaje de vuelta a casa, los tres estuvieron acompañados por el secretario de Estado Mike Pompeo, que previamente gestionó el traslado en primera persona junto a Kim Jong-Un.

Los rehenes de Teherán, en espera

Este logro motivó que varias familias de presos estadounidenses en Irán, pidiesen a la Casa Blanca entablar conversaciones con Teherán para obtener también su liberación. Unas gestiones eso sí, que se presentan bastante más complejas después de que Trump haya retirado a Estados Unidos del acuerdo nuclear con la república islámica.

Los últimos movimientos en materia internacional han sido también un intento de Trump para enmascarar la tormenta interna que azota a la joven Administración. Casos como la investigación del Rusiagate, con el cerco del fiscal especial Robert Mueller hacia el entorno del magnate, o el pago realizado a la actriz porno Stormy Daniels para que guardara silencio sobre su supuesto romance con Trump han quedado en un segundo plano de la actualidad. Pese a ello, y según varios analistas, las imprudencias que a menudo se cometen desde el ala oeste hacen muy difícil separar la conducta cotidiana del neoyorquino de su actuación en materia de política internacional.