Paradas cardíacas en una prueba deportiva: «En gente joven suelen tener su origen en enfermedades como las miocardiopatías»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Imagen de la salida de la carrera Medio Maratón Gran Bahía Vig-Bay, del 2025.
Imagen de la salida de la carrera Medio Maratón Gran Bahía Vig-Bay, del 2025. Oscar Vázquez

Un cardiólogo recomienda realizarse, al menos, un electrocardiograma antes de someterse a una prueba de larga distancia

08 abr 2025 . Actualizado a las 15:55 h.

La Movistar Medio Maratón Madrid, la prueba de 21 kilómetros celebrada este domingo en la capital, está de luto. Un corredor de 38 años falleció a causa de una parada cardiorrespiratoria, y otro participante de 21 tuvo que ser trasladado al hospital por la misma causa, permanece ingresado y en observación.

El más joven fue el primero que se registró. El varón cayó de forma fulminante en la calle Recoletos, con la suerte de que un médico estaba entre el público. Este profesional, junto con dos miembros de seguridad de la carrera, iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RPC) hasta la llegada de equipos sanitarios del Samur, que prosiguieron con la labor hasta que lograron que recuperara el pulso.

El incidente del corredor de mayor edad ocurrió al poco rato del primero, en Cibeles, que a escasos metros de la meta cayó desplomado junto a un enfermero del Samur que participaba en la carrera como deportista. Pese a las maniobras de reanimación, falleció horas más tarde en el hospital de la Paz, donde había sido ingresado.

¿Qué es una parada cardíaca?

Una parada cardíaca es una pérdida brusca del pulso y conocimiento que se produce por un fallo inesperado de la capacidad que tiene el corazón para bombear sangre, de manera eficaz, al cerebro y a todo el organismo. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), «suele estar causada por arritmias potencialmente mortales y anomalías en el sistema eléctrico del corazón».

El corazón bombea sangre a todo el cuerpo, cuando esto falla y el flujo se detiene, los órganos empiezan a fallar y la persona está en riesgo de fallecer en cuestión de minutos si esto no se revierte. «Si el paro cardíaco puede detectarse y tratarse de inmediato, pueden evitarse daños serios a los órganos, daño cerebral o incluso la muerte», precisa la entidad, quien recuerda que puede suceder a cualquier persona, niño o adulto, «incluso a alguien que parecía gozar de buena salud», añade.

Rafael Vidal, cardiólogo del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), reconoce que este tipo de accidentes no son habituales en gente joven: «Aunque hay incidencias de enfermedades hereditarias, como la miocardiopatía hipertrófica, que pueden asociar arritmias y estar sin diagnosticar», señala el miembro de la junta directiva de la Sociedad Gallega de Cardiología. Es más, esta patología, que es la principal causa de muerte súbita en menores de 35 años, está presente en una de cada 500 personas. En este evento participaron unos 27.0000 corredores.

«A partir de los 40 años, la cardiopatía isquémica es la causa más frecuente de muerte súbita en un deportista, pero en edades más jóvenes son otro tipo de enfermedades como las miocardiopatías y canalopatías», apunta el experto. El especialista del hospital gallego destaca que su intención no es generar una sensación de incertidumbre. «Al final, la mayoría de gente que hace ejercicio, afortunadamente, no va a tener ningún problema. Solo que hay un porcentaje pequeño de gente que puede tener algo de base», señala. Una enfermedad que, en su día, no se manifiesta, pero que debuta en una situación de estrés para el sistema cardíaco. En el caso de patologías hereditarias, como la miocardiopatía hipertrófica, se debe prestar especial atención a los antecedentes familiares de muerte súbita.

Síntomas de la parada cardiorrespiratoria

Antes de la parada cardiorrespiratoria, la persona puede sentir «mareos, latidos irregulares o que el corazón se acelere de forma inapropiada», describe el cardiólogo. En esta caso, lo mejor es parar y, si hay posibilidad como en este tipo de pruebas, consultar con el equipo médico.

La fibrilación ventricular, el origen más frecuente

Las causas del paro cardíaco pueden ser varias; desde un infarto, a una arritmia, hasta enfermedades de las válvulas cardíacas o del propio músculo. La principal, de forma general, es una fibrilación ventricular. Se trata de un tipo de arritmia cardíaca que hace que el corazón pierda la capacidad para concentrarse de forma organizada, por lo que deja de latir. En un primer momento —indica la fundación médica— la víctima pierde el pulso, y en pocos segundos, el conocimiento y la capacidad de respirar. «Es una patología extraordinariamente frecuente y que muchas veces infraestimamos», señala la FEC.

En concreto, a nivel nacional se dan unas 30.000 muertes súbitas al año y cerca de 20.000 intentos de reanimación. Precisamente, esta maniobra puede conseguir que se siga bombeando sangre al cerebro, que la arritmia desaparezca y que el paciente se recupere. Si esto sucede, se denomina muerte súbita reanimada.

En cuanto sucede, la FEC insta a tener una respuesta inmediata. Lo primero que se debe hacer es pedir ayuda y llamar al 112. Mientras los servicios de emergencia no llegan, se debe iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar y utilizar, si estuviese disponible, un desfibrilador externo automatizado. «Por cada minuto que pasa, las posibilidades de sobrevivir disminuyen un diez por ciento, por lo que al cabo de 10 minutos estas posibilidades son mínimas», informa la FEC, que reconoce excepciones en niños, ahogamientos o en casos que se relacionan con temperaturas muy bajas, donde puede haber más posibilidades de sobrevivir durante más tiempo.

El doctor Vidal señala que no hay prueba que exima cien por cien el riesgo de una persona. Sin embargo, aconseja que, ante un tipo de prueba de larga distancia se realice, al menos, un electrocardiograma. «Incluso, hay gente que podría ir más allá y hacerse un ecocardiograma o una ergonometría, pero aún así, no se descartan cosas. Por ejemplo, trastornos electrocardiográficos que son intermitentes», indica.

La cadena de supervivencia

Ante una parada cardíaca, existe un protocolo definido conocido como la cadena de supervivencia. El primer eslabón es saber reconocer que se trata de una para cardíaca. «Ante cualquier persona desplomada hay que comprobar si respira y responde a estímulos. Si no lo hace hay que avisar al 112 aclarando que es una posible parada cardíaca e indicando la localización más exacta posible», describe la FEC. En este caso, el servicio de emergencias enviará un equipo.

El segundo paso consiste en iniciar el masaje. En este punto, la respiración boca a boca es innecesaria e ineficaz cuando lo hace alguien que no está entrenado. Por eso, lo realmente importante es el masaje cardíaco y que este sea correcto. «Se deben poner ambas manos en el centro del esternón del paciente y hacer compresiones hacia abajo con los brazos extendidos en ángulo recto respecto al cuerpo de la víctima», detalla la entidad. Es necesario que el esternón se desplace hacia abajo unos 4 o 5 centímetros y seguir una cadencia de cien veces por minuto. Las compresiones deben ser rítmicas, regulares y sin interrupciones.

Este masaje se debe mantener hasta que llegue la asistencia médica. «Es fundamental que el masaje lo inicie la primera persona que vea la parada cardíaca y se mantengan en el tiempo. Si esperamos a una ambulancia sin hacer nada, lo más probable es que la víctima fallezca», precisa. De hecho, en muchos países se enseña a la población en general.

A la par que lo anterior, es importante utilizar el desfibrilador, que administra una descarga eléctrica controlada al corazón y reinicia, desde cero, la actividad de sus células para que recupere su ritmo normal. «El desfibrilador externo automático (DEA) es un aparato de manejo sencillo que no requiere de una instrucción previa y cuyo uso precoz puede salvar muchas vidas», señala la FEC. Este es de uso poblacional.

Y, finalmente, el último eslabón de la cadena hace referencia a las técnicas de reanimación avanzada que da el personal sanitario. Son muy importantes, pero se debe mantener al paciente con vida hasta su llegada.

Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.