Macron cambia a cuatro ministros para frenar su caída de popularidad

Fernando ITURRIBARRIA PARÍS / COLPISA

INTERNACIONAL

BERTRAND GUAY | afp

Christophe Castaner, uno de sus hombres de confianza, recibe la cartera de Interior

17 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Emmanuel Macron cambió ayer a cuatro ministros para dar un nuevo impulso a su Gobierno y tratar de frenar su caída de popularidad. Ha tardado quince días en cubrir la baja causada en Interior por el septuagenario Gérard Collomb, quien le dio la espalda para recuperar la alcaldía de Lyon. Christophe Castaner, otro exsocialista y hombre de confianza, es el nuevo primer policía de Francia. La remodelación respeta los equilibrios políticos entre las corrientes macronistas y la paridad de género con 17 hombres y otras tantas mujeres.

La tardía fumata en la chimenea del Elíseo delata la cortedad del banquillo de Macron, con escaso fondo de armario en el vestuario para suplir las espantadas recientes de pesos pesados como Collomb o el muy popular Nicolas Hulot, que dio portazo en agosto en el Ministerio de Transición Ecológica. Con limitada capacidad de maniobra, el forzado reajuste no va a abrir una nueva era o imprimir un giro a la gobernanza del confirmado primer ministro, Edouard Philippe, titular interino de Interior durante dos semanas, que no se someterá a la reválida de la confianza parlamentaria.

Cambian cuatro tripulantes, pero el rumbo de la nave permanece inalterable. El Elíseo lo presenta como «un equipo renovado, dotado de un segundo aliento pero cuyo mandato político es el mismo». «Este equipo gubernamental va inscribir su acción en la continuidad de la política conducida por el Gobierno y del calendario de reformas para los meses venideros», avisó a los navegantes de la oposición a las políticas liberalizadoras.

Nada más ser nombrado ministro, Castaner anuncio su abandono del timón de La República En Marcha, el partido presidencial que encabezaba desde noviembre del 2017. También secretario de Estado para las Relaciones con el Parlamento, va a ser relevado en este cargo por el centrista Marc Fesneau, hasta ahora jefe del grupo parlamentario del Movimiento Demócrata (MoDem).

Contactos con el hampa

Con Castaner, acompañante desde el principio de la aventura de Macron, al que tutea, Francia tiene a un ministro del Interior que frecuentó en su juventud a truhanes del hampa de Marsella en timbas de póker. Christian Oraison, alias el Gran Rubio, abatido a tiros en un ajuste de cuentas en el 2008, «era mi hermano mayor, mi protector, y me llamaba el estudiante», reconoció en su día el actual encargado de perseguir el crimen organizado.

Le secundará el prefecto Laurent Núñez, descendiente de una familia andaluza que a finales del siglo XIX se afincó en la región argelina de Orán, donde sus padres se conocieron antes de emigrar en 1962 a la entonces metrópoli. Aficionado a los toros, se apasionó por la pelota durante su paso por la subprefectura de Bayona entre el 2010 y el 2012, cuando se familiarizó con la lucha antiterrorista en la recta final de ETA.

Didier Guillaume, otro exsocialista, sucedió en Agricultura a su antiguo camarada Stéphane Travert, a quien se culpa de la despedida a la francesa del ecologista Hulot. Se trata de un antiguo allegado de François Hollande y luego de Manuel Valls que presidió el grupo socialista en el Senado desde 2014 a enero de 2018.

También resulta significativa la incorporación de Franck Riester, exdirigente de los conservadores que rompió con su familia original para brindar apoyo «constructivo» a Macron. Sustituto en Cultura de la editora Françoise Nyssen, debilitada por unas obras irregulares en la sede de su empresa, este ahijado político de Philippe refuerza la pasarela para la rumoreada coalición con la derecha disidente aglutinada en torno a Alain Juppé de cara a las próximas europeas de 2019, primera cita electoral en el horizonte.

Registran la sede del partido de Mélenchon y su vivienda para investigar sus finanzas

La policía francesa registró ayer varias sedes del partido de izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon y domicilios de sus dirigentes, incluido el de su líder, en el marco de dos investigaciones lanzadas por la Fiscalía de París sobre las cuentas de la campaña del 2017 y presuntos empleos ficticios en el Parlamento Europeo.

El líder de La Francia Insumisa (LFI) compareció ante la prensa junto a otros de los dirigentes para denunciar una operación dirigida por el Gobierno y el presidente Emmanuel Macron, con el objetivo de «intimidar» y «criminalizar» al partido. «Es una operación de policía política», denunció y apuntó que coincide con el nombramiento del nuevo ministro de Interior, Christophe Castaner. Frente a la sede y arropado por militantes, Mélenchon increpó a los agentes: «No somos delincuentes».

El dirigente izquierdista, que filmó los registros en su domicilio y los retransmitió por Facebook, contó que ocho investigadores se presentaron en su casa y le cortaron el teléfono mientras procedían al registro. «No estamos en un Estado democrático normal», se indignó.

La primera investigación se refiere a las alegaciones de que el partido de Mélenchon utilizó indebidamente fondos facilitados por la UE para pagar a personal del partido. La segunda tiene que ver con las cuentas de la campaña de Mélenchon a las presidenciales del 2017, después de que el presidente del órgano de supervisión señalase posibles irregularidades. «No hay ningún caso, solo una voluntad de mancillar», insistió Mélenchon. En un comunicado, LFI indicó que las cuentas de campaña recibieron la validación de la comisión de supervisión «sin ninguna irregularidad», algo que «no ocurrió con las de Emmanuel Macron.