Riad busca una salida para el caso Khashoggi

Mikel Ayestarán JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

LEAH MILLIS | afp

Arabia Saudí prepara un informe donde podría admitir que «algo fue mal» en el interrogatorio a que se sometió al periodista

17 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los días pasan, el paradero de Jamal Khashoggi sigue siendo una incógnita y la presión sobre Arabia Saudí es cada vez mayor. Mientras que en Estambul el equipo investigador turco ha tenido ya acceso a la residencia del cónsul del reino para seguir con la recopilación de pruebas, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se entrevistó ayer en Riad con el rey Salman, el príncipe heredero Mohamed bin Salman, y el ministro de Exteriores, Adel al Jubeir. En el transcurso de estos encuentros los dirigentes saudíes le trasladaron que están de acuerdo con «la importancia de una investigación exhaustiva, transparente» y en un tiempo razonable, pero no ofrecieron detalle alguno sobre la marcha de las pesquisas.

En línea con las filtraciones anónimas a los medios, que refuerzan la hipótesis del asesinato del periodista, la CNN y The New York Times adelantaron que los saudíes trabajan en una coartada según la cual estarían dispuestos a admitir la muerte de Khashoggi en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul como consecuencia de «algo que fue mal» durante el interrogatorio al que le sometieron. Esta versión de los hechos explicaría las palabras de Donald Trump tras su última conversación con el rey Salman, cuando puso sobre la mesa la posibilidad de que «elementos descontrolados» habrían podido cometer el crimen. Estos agentes de Inteligencia habrían actuado sin el visto bueno del reino y serán quienes deberán pagar por la muerte del periodista. 

Anoche, un alto cargo turco confirmó a la CNN que el cuerpo del periodista fue cortado en pedazos, aunque no quiso comentar sobre cómo se deshicieron de él. Poco antes, el presidente Recep Tayyip Erdogan afirmó que durante el registro se investigó el uso de materiales «tóxicos» y «cosas que se eliminaron pintando encima» en los últimos días.

Amplio registro

Después de dos semanas de espera los policías, fiscales y forenses turcos pudieron acceder al Consulado la tarde del lunes y durante nueve horas trabajaron sin descanso. Según la CNNTürk, buscaron rastros de sangre y muestras de ADN de Khashoggi empleando luz especial ultravioleta y un compuesto químico llamado Luminol. Se llevaron desde tierra del jardín hasta una puerta metálica.

Los expertos abandonaron el lugar de madrugada y pocas horas después se trasladaron hasta la vecina residencia del cónsul, que poco antes salió del país en un avión comercial rumbo a Riad, según los medios turcos. El pasado día 2 las cámaras de vigilancia no captaron la salida de Khashoggi, pero sí recogieron cómo pocas horas después de su entrada a la sede diplomática un convoy de seis vehículos dejó el edificio y accedió al recinto de la residencia del diplomático.

Antes de conocerse la huida del cónsul y debido a «la gravedad de la situación», la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, reclamó levantar «la inviolabilidad o la inmunidad de los locales y de los funcionarios» que podrían estar implicados en el caso.

La tensión entre los dos grandes aliados había subido demasiado en los últimos días, en los que Trump amenazó incluso con sanciones a Riad. El viaje relámpago de Pompeo sirvió para calmar las aguas y unir los esfuerzos de ambos países a la hora de encontrar «la explicación menos mala posible», en palabras de Frank Gardner, corresponsal para temas de seguridad de la BBC.

Analistas saudíes cercanos a la casa real como Khaled Batarfi mostraron su enfado «por las continuas filtraciones anónimas», ya que «ambos países acordamos mantener el silencio hasta el final de la investigación. Nosotros lo estamos cumpliendo, los turcos no». Batarfi defiende que «el reino nunca ha asesinado a disidentes, ni en casa, ni en el exterior» y se pregunta: «¿A quién beneficia este asesinato? Claramente no a nuestro país, que está sufriendo para defender su inocencia». Medios oficiales saudíes apelan a un complot urdido por Irán, Turquía, Catar y los Hermanos Musulmanes.