«Las niñas se volcaron en ayudar, indicaban 'saca a esta, a esta otra', y se dieron cuenta de que Teresa había muerto y la taparon»

m. l. REDACCIÓN / LA VOZ

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El grupo del colegio mayor Bonaigua, el jueves, antes de partir a Costa de Marfil. Arriba, a la derecha, la coordinadora fallecida, Teresa Cardona
El grupo del colegio mayor Bonaigua, el jueves, antes de partir a Costa de Marfil. Arriba, a la derecha, la coordinadora fallecida, Teresa Cardona

«La situación era dramática y las que estaban con heridas más leves se pusieron a ayudar a las demás», dice una de las monitoras

24 jun 2019 . Actualizado a las 07:59 h.

«Fue increíble. Cuando se cayó el autobús, le dije a las chicas que iban en el mío que no bajaran, y no se movieron; fui corriendo y enseguida paró otro y la gente se puso a ayudar», relata una de las monitoras que viajaba en el otro vehículo del colectivo y que no quiere que se facilite su nombre. Intenta mostrar tranquilidad. Habla desde la ambulancia que traslada a la herida más grave, a la que acompaña. «Estamos bien, vamos asumiendo lo sucedido; enseguida vinieron las ambulancias, la policía, el cónsul de España está en el hospital desde ayer [por el sábado] con nosotras», relata y se deshace en elogios hacia la colaboración tanto de su país como de las autoridades españolas. 

Está impresionada por la reacción de las jóvenes tras el accidente. Tienen entre 17 y 20 años. «Las niñas se volcaron en ayudar a las demás; a los señores que nos echaron una mano les indicaban saca a esta, a esta otra y se dieron cuenta enseguida de que Teresa estaba muerta y le pusieron algo en la cara para taparla», afirma esta testigo con la voz cansada después de tantas horas de dolor y gestiones.

«La situación era dramática y las que estaban con heridas más leves se pusieron a ayudar a las demás. Ahora están serenas y es que lo que nos ha pasado es grave, pero asumido lo sucedido, ahora pensamos que es Dios que ha hecho que no haya sido peor», se consuela.

También resalta cómo las estudiantes se preocuparon por el chófer, que resultó herido y aún así colaboró en el rescate. Luego ellas preguntaban por él y lo fueron a ver. Asegura que no paraban de decirle: «Tranquilo, sabemos que no es tu culpa». «Es muy fuerte», resume la monitora compañera de la fallecida. Precisamente, sobre esta asegura que «de Teresa tenemos que pensar y recordar el bien que ha hecho durante su vida». Y es que a esta profesora la describen quienes la conocieron como «comprometida y vital». Le gustaba el deporte, cantar y tocar el acordeón. Era una persona entregada a la juventud, dedicaba sus vacaciones a campos de trabajo como el de Costa de Marfil y se lo pasaba muy bien haciéndolo. Eso dice mucho de ella, asegura una amiga desde Bonaigua. «Era muy alegre; exageraba mucho las cosas y le decíamos que era porque tenía el corazón muy grande. Lo vivía todo con pasión», recuerda la citada compañera.