El Antonov An-12, una reliquia de la era soviética bajo la sombra de la siniestralidad

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Europa Press

El aparato que partió de Vigo y sufrió un aterrizaje forzoso en Ucrania es un avión de carga de la compañía Ukraine Air Alliance, construido en 1968

14 oct 2021 . Actualizado a las 10:39 h.

Fue a primera hora de esta mañana cuando un Antonov An-12, una aeronave de carga que había partido del aeropuerto de Vigo, se estrelló en Ucrania tras un aterrizaje de emergencia, en un accidente que deja cinco muertos y tres heridos.

Rápidamente los focos se centraron en el propio aparato, un avión especializado en cargas pesadas de la compañía Ukraine Air Alliance que los expertos valoran como de los de mayor capacidad -el siniestrado esta mañana llevaba más de 10.000 kilos de repuestos de automóviles- pero, también, de los más ruidosos -sus cuatro potentes motores de hélice son los responsables de que sus rutas no suelan pasar inadvertidas- que existen en el mercado y de los más antiguos. En este caso, el avión siniestrado fue construido en el año 1968.

El Antonov An-12 (denominado por la OTAN como Cub) -la compañía ucraniana dispone de siete en su flota-, se diseñó en sus orígenes para operaciones militares con la finalidad de desplazar cargas pesadas y paracaidistas. El modelo está en servicio desde 1959, casi dos años después de su primer vuelo. Hasta 1973, en que se cerró la cadena de producción, se fabricaron 1.248 unidades, de las que 223 se perdieron por distintas razones, entre ellas, accidentes. 

El modelo fue la columna vertebral del transporte militar soviético hasta la entrada en servicio del Ilyushin Il-76, cuando se reutilizó para otras misiones, entre ellas, transportar y lanzar fuerzas aerotransportadas. Entre sus ventajas está la de poder incorporar una elevada cantidad de carga, de forma rápida y sencilla mediante una compuerta de carga en la cola. Tiene la capacidad, además, de poder aterrizar en pistas sin pavimentar y sin compactar, de ahí que muchos de estos aviones sigan operando como aparatos de carga en países en vías de desarrollo. 

Otros tres accidentes en la última década

El accidente del avión que partió de Vigo y que no llegó a su destino por falta de combustible pone de nuevo en el centro del debate la idoneidad de este tipo de aparatos cuya seguridad fue puesta en tela de juicio en más ocasiones por portales especializados en seguridad aérea.

Fue en el 2011 cuando otro Antonov An-12 sufrió un grave siniestro en Rusia, en Omsukchan, cuando se encontraba efectuando un vuelo de cabotaje de carga desde el aeropuerto de Magadan al aeropuerto de Keperveye. Tras notificarse un fuego en el motor en ruta, el avión, con nueve tripulantes y dos pasajeros, se estrelló. Todos fallecieron. 

Un año después, otro Antonov An-12, sufrió otro accidente en Sudán cuando realizaba un vuelo de transporte de tropas y armamento desde el aeropuerto de Jartum al de El Fasher. Experimentó problemas con los motores y se estrelló a unos cuarenta kilómetros. En el accidente murieron 15 de las 22 personas que viajaban a bordo.

Fue en el 2014 cuando otro avión ucraniano del mismo modelo, con siete personas a bordo -todas fallecidas- se estrelló en el Sáhara argelino, cerca del aeropuerto de Tamanraset, tras hacer una escala técnica. El avión transportaba material de la industria petrolera procedente de Glasgow. 

Un año después, en el 2015, otro avión del tipo Antonov An-12 se estrelló cerca del Nilo Blanco poco después de su despegue de Juba, la capital de Sudán del Sur. Murieron 37 personas, entre ellas los seis miembros de la tripulación