Republicanos arrepentidos con Trump intensifican su campaña por Biden

Espe Balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Trump baila sobre un escenario durante un acto de campala en el aeropuerto de Janesville
Trump baila sobre un escenario durante un acto de campala en el aeropuerto de Janesville KAMIL KRZACZYNSKI | EFE

Acusan al actual mandatario de haber dinamitado las esencias del partido

19 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vídeos y las declaraciones que recorren las redes sociales son elocuentes. «Me avergüenzo de ser republicano», «me arrepiento de haber optado por él» o «por primera vez en la vida voy a votar a un demócrata». Son algunas de las voces de republicanos que han emprendido una guerra contra el presidente, Donald Trump, para evitar su reelección el próximo 3 de noviembre. 

El ecosistema de desencantados conservadores que piden el voto para el candidato demócrata, Joe Biden, es vasto y variado. Por un lado, están pesos pesados del Partido Republicano como Mitt Romney, senador y candidato a la presidencia en el 2012; Colin Powell, ex secretario de Estado; y John Kasich, exgobernador de Ohio, entre otros. Por otro, un amalgama de grupos anti-Trump formados en su mayoría por antiguos estrategas políticos del Partido Republicano, curtidos en los años de Ronald Reagan, movidos por el desencanto por un presidente que ha dinamitado la esencia tradicional del partido.

Todos ellos han redoblado sus esfuerzos para convencer a republicanos, independientes y no afiliados para que voten por Biden en la recta final de la campaña.

«Si queremos sacar al país adelante, antes de todo, debemos echar al trumpismo del poder», sentencia Luis Alvarado, miembro del Comité Directivo Hispano del Proyecto Lincoln, en declaraciones a la CNN. Esta es la asociación más poderosa de la resistencia anti-Trump surgida desde las filas republicanas con una recaudación en donaciones de cerca de 59 millones de dólares (50 millones de euros) desde su creación a finales del 2019, según los registros de la Comisión Federal Electoral. Sus vídeos contra el presidente, repletos de una retórica que parece sacada de las filas demócratas, han resultado ser la artillería más efectiva de su campaña. Suman más de 2,5 millones de seguidores en Twitter, donde Trump no ha parado de llamarles The Losers Project (El proyecto de los perdedores).

Porque detrás de este grupo, bautizado con el nombre del presidente republicano, padre de la Unión que abolió la esclavitud, están nombres como el del abogado George Conway, esposo de la exconsejera y jefa de campaña de Trump en el 2016, Kellyanne Conway. El estratega político, Steve Schmidt, responsable de situar a la representante del Tea Party Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia con John McCain frente a Barack Obama en el 2008. Esta decisión, de la que Schmidt reniega ahora con explosivas apariciones en la cadena MSNBC, fue la semilla del ascenso posterior de Trump. O Reed Galen, asesor de George W. Bush y del exgobernador Arnold Schwarzenegger. Los 35 miembros del equipo han establecido su sala de guerra en una oficina a las afueras de Washington D.C. preparados para la batalla final.

Los otros escuadrones lo forman grupos como Votantes Republicanos contra Trump, fundado por Bill Kristol, estratega de campaña de McCain; Proyecto Valentía, creado por Joe Walsh, excongresista republicano de Illinois o Republicanos por Biden, tras el que están 20 exlegisladores. Y otras voces individuales como la de la hija de McCain, Cindy, y la del abogado de Trump y exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. «Es mi padre. Por favor, todos, voten por Biden», ha suplicado Carol Giuliani.

El magnate ataca a la gobernadora de Míchigan y resucita el fantasma de Hillary 

Trump criticó a la gobernadora de Míchigan, la demócrata Gretchen Whitmer, durante un mitin en ese estado, donde la multitud congregada gritó «enciérrenla».

«Tenéis que lograr que vuestra gobernadora reabra el estado, ¿vale?», dijo Trump en un mitin en Muskegon (Míchigan). Al mencionar a la política demócrata, las miles de personas congregadas, muchas con máscaras faciales, pero sin respetar la distancia social recomendada para protegerse del covid-19, comenzaron a gritar.

Entonces el público se puso a jalear «lock her up» (enciérrenla), un grito que se popularizó en la campaña del 2016 en los mítines de Trump en referencia a su entonces rival Hillary Clinton. Ante esta reacción, Trump se rio y respondió: «Encerrémoslos», sin ofrecer precisiones.

La reacción de Whitmer fue inmediata y contestó que esta es exactamente la retórica que me ha puesto a mí, a mi familia y las vidas de otros funcionarios en riesgo. Debe parar».

El jueves un tribunal federal de Míchigan acusó a seis personas formalmente de conspirar para cometer el secuestro de la gobernadora y de otros funcionarios, con lo que se enfrentan a una condena de cadena perpetua.