La primera ecologista que apunta a lo más alto

Pablo L. Barbero BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Pilar Canicoba

Annalena Baerbock tiene opciones de alcanzar el poder por su tono moderado y pragmático

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La recién anunciada candidata a canciller de los Verdes, Annalena Baerbock, se considera un hito por varias causas. En primer lugar, es la primera vez que los Verdes designan a una mujer como candidata a la Cancillería y abandonan su tradicional fórmula bicéfala en la que dos líderes se repartían el protagonismo. Pero sobre todo es un hito porque por primera vez en los cuarenta años de historia de la formación, el partido ecologista cuenta con opciones reales de alcanzar el poder de Alemania.

La encargada de intentarlo será una mujer de 40 años con una gran preparación. Baerbock, jurista especializada en derecho internacional y antigua atleta, destaca por su tono moderado y pragmático, pero tiene una carencia: nunca ha ejercido un cargo gubernamental, ni siquiera a escala regional.

Le falta, por tanto, la experiencia de la gestión pública. Eso no quita para que haya protagonizado un ascenso meteórico en los últimos meses. Baerbock ha protagonizado numerosas apariciones públicas para criticar al gobierno de Angela Merkel por su gestión sanitaria. Armada con una batería inagotable de datos y argumentos, se ha abierto un hueco gracias a su oratoria clara y a una extraordinaria capacidad de dar respuestas rápidas y sólidas a temas complejos.

Hasta la semana pasada, era solo una mitad de la estructura bicéfala de los Verdes, junto a su compañero Robert Habeck. En una reunión, ambos líderes acordaron que la candidatura recaería en Baerbock. El evento fue una sucesión de halagos y buenos deseos. El pulso por la candidatura fue pura armonía y moderación en comparación con el de los conservadores, que casi se desgarraron en una lucha interna.

De la mano de Baerbock, los Verdes acuden cohesionados ante el electorado y con grandes posibilidades de entrar en el próximo gobierno federal. Si lo harán en coalición con los conservadores o bien en una alianza a tres con socialdemócratas y liberales es todavía una incógnita. Muchas cosas pueden pasar de aquí a final de verano. Según las últimas encuestas, la intención de voto de los ecologistas se encuentra en torno al 22 %, solo cinco puntos por debajo de los conservadores.

Nuevo comienzo

Para ella, Alemania necesita «un nuevo comienzo». Apuesta por renovar la política nacional y hacer de la economía verde el nuevo pilar económico de la mayor potencia de Europa. Ella representa el renacer de los Verdes, superando las habituales trifulcas internas entre las corrientes fundamentalista y pragmática. El partido quedó relegado a la irrelevancia tras acusar el desgaste de dos legislaturas como socio menor del canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (1998-2005). Desde entonces la formación ha remontado el vuelo y se encuentra antes las mejores perspectivas de su historia.

Nacida en Hannover (capital del land de Baja Sajonia), Baerbock creció en un hogar de clase media con un profundo sentido ecologista. De pequeña solía acompañar a sus padres en las marchas del movimiento antinuclear. Iba para gimnasta de alto rendimiento, especializada en potro y trampolín, pero se quedó a medio camino.

Estudió derecho internacional entre Alemania y Florida (Estados Unidos) y luego completó su formación en la School of Economics de Londres. A los 28 años se convirtió en líder de los Verdes en el land de Brandeburgo. Nueve años después ingresó en el Bundestag, a lo que siguió, en el 2018, su elección como copresidenta del partido.

Aunque su candidatura no es aún formal -debe ser todavía ratificada por las bases de su partido en un congreso en junio-, con su trayectoria y las proyecciones que sitúan a los Verdes en el próximo Gobierno se puede decir que Baerbock ya hace historia. El 26 de septiembre se verá hacia qué lado se inclina su suerte.