Los talibanes urgen a EE.UU. a que salga del país antes del 31 de agosto

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

INTERNACIONAL

Europa Press

Los países del G7 han acordado este martes exigir a los talibanes un «paso seguro» para aquellas personas que quieran abandonar Afganistán más allá de esa fecha.

24 ago 2021 . Actualizado a las 18:35 h.

Tras una semana en el poder, los talibanes comienzan a impacientarse con Estados Unidos, cuya salida definitiva del país parece que se alargará más allá del 31 de agosto previsto debido al caos en el aeropuerto de Kabul durante las evacuaciones. Esa fecha límite es para los insurgentes «una línea roja», pero este lunes Francia reclamó ese «plazo suplementario», mientras que el primer ministro Boris Johnson señaló este martes que los países del G7 exigirán a los talibanes un «paso seguro» para aquellas personas que quieran abandonar Afganistán más allá de esa fecha. Tras presidir una reunión virtual del grupo de países ricos, el primer ministro británico aseguró que las potencias occidentales cuentan con «considerables» mecanismos «económicos, diplomáticos y políticos» para respaldar esa exigencia.

Desde que los talibanes tomaron el poder, la zona militar del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul es en la práctica el único lugar del país que sigue bajo el control de las fuerzas internacionales, con EE.UU. comandando la seguridad para evacuar a miles de ciudadanos extranjeros y aliados afganos.

Sin embargo, esas salidas se han visto ralentizadas por el caos en el aeropuerto, donde desde hace una semana miles de personas se aglutinan en sus entradas para tratar de acceder a alguno de los vuelos de evacuación, provocando la muerte de al menos siete civiles, según informó el domingo el Gobierno británico.

«Las fuerzas estadounidenses que se encuentran en el aeropuerto Hamid Karzai son las responsables de matar a los civiles, porque ellos los invitaron allí», declaró el principal portavoz de los insurgentes, Zabihullah Mujahid, según recoge Efe.

El portavoz apuntó que los combatientes talibanes están desplegados en el área del aeródromo «para no permitir a hombres irresponsables entrar en el interior del aeropuerto». Las palabras del portavoz talibán se produjeron el mismo día en que las autoridades alemanas informaron de un ataque de un individuo armado contra las fuerzas de seguridad desplegadas en el aeropuerto, dejando un muerto y tres heridos, en el que es aparentemente el primer ataque de este tipo desde la caída de Kabul.

Víctimas militares

El tiroteo se produjo en la puerta norte del aeropuerto de Kabul y provocó la muerte de un miembro de las fuerzas de seguridad afganas y heridas a otros tres. En el incidente también se vieron involucradas las fuerzas alemanas y estadounidenses.

En un proceso más lento de lo esperado, EE.UU. ha evacuado a unas 37.000 personas de Afganistán desde el 14 de agosto, aunque más de 10.000 de ellas lograron dejar el país en las últimas 24 horas. EE.UU. reafirmó este lunes su confianza en poder evacuar antes del 31 de agosto a todos los estadounidenses que quedan en Kabul, según dijo Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de Biden, aunque no descartó que el presidente pueda extender la fecha límite, y se limitó a indicar que Washington mantiene contactos «directos» con los talibanes.

Ante esta posibilidad, el portavoz de los islamistas Suhail Shaheen reiteró que esta fecha es un asunto que debe cumplirse, al considerarse «una línea roja» sobre los límites que han sido permitidos para la retirada, y aseguró que la extensión crearía «desconfianza» y puede provocar una «reacción».

Los islamistas aseguran que pretenden tomar el último bastión opositor «de forma pacífica»

Los talibanes están negociando una rendición o la toma por la fuerza de la norteña provincia de Panshir, la única región en Afganistán que no ha caído bajo el control del grupo insurgente, y donde permanecen centenares de soldados y guerrilleros locales atrincherados. Combatientes del grupo insurgente tienen al enemigo «sitiado dentro de Panshir», dijo este lunes en Twitter el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, y añadió que «el Emirato Islámico [como se autodenominan los insurgentes] está tratando de resolver el problema de forma pacífica».

Los combatientes se han situado en los accesos de la región, una fortaleza natural, desde las provincias de Takhar y Badakhshan, y la localidad de Andarab, en la provincia de Baghlan, dijo Mujahid. Panshir es prácticamente la única de las 34 provincias de Afganistán que no ha caído en manos de los talibanes, pese al rápido avance que llevó a los insurgentes a culminar su ofensiva con la toma de Kabul.

La región, un montañoso valle al norte de Kabul, es defendida por centenares de soldados de las fuerzas afganas que se refugiaron allí durante la caída del resto de Afganistán y es además base del frente de la Alianza del Norte, una formación guerrillera de señores de la guerra que fue liderada por el carismático guerrillero Ahmad Shah Masud, conocido como el León de Panshir.

Ahora, su hijo, el joven Ahmad Masud, se ha presentado como el líder de este movimiento que resiste, junto a cientos de soldados, la ofensiva de los talibanes.

Ahmad Masud ha hecho pública en varias ocasiones en los últimos días su disposición a negociar con la insurgencia, aunque rechaza la formación de «un gobierno extremista» de los talibanes, según recoge Efe.

En Panshir se supone que está también Amrullah Saleh, exvicepresidente primero del Gobierno afgano, ahora autoproclamado presidente interino -tras la huida del país del presidente Ashraf Ghani- y el mayor promotor de la resistencia.

Comienza la negociación para sentar las bases de la nueva Administración

Los talibanes trabajan para presentar lo antes posible lo que califican de «gobierno integrador» en Afganistán y han lanzado consultas con antiguos responsables del Ejecutivo en 20 de las 34 provincias. El mulá Abdul Ghani Baradar Akhund, cofundador de los talibanes, llegó el viernes pasado a Kabul desde Kandahar para liderar el proceso de diálogo y sentar las bases de la nueva Administración. En su agenda prevé entrevistas con mandos militares y referentes religiosos. De lo poco que ha trascendido, lo único seguro es que los fundamentos del nuevo mandato serán los de la sharia o ley islámica.

Baradar, que ha dirigido la oficina política talibán de Catar y encabezado las negociaciones en Doha en busca de un acuerdo de paz con EE.UU., es el principal candidato a la jefatura del Gobierno, aunque algunas fuentes afirman que este extremo, así como el perfil del nuevo Ejecutivo, no serán dados a conocer hasta que las fuerzas estadounidenses abandonen Afganistán. Que se trate de un Gabinete inclusivo o no suscita serias dudas.

Rusia dice que no tiene intención de intervenir en Afganistán

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró este lunes que Rusia no tiene intención de intervenir en Afganistán. «No, de eso ni se habla», remarcó Peskov, quien apuntó que una potencial intervención de Rusia en Afganistán «desataría una nueva guerra civil» en el país. «Ese guion de desarrollo de los acontecimientos [intervención de Rusia] ya se examinó en una reunión y se concluyó que evidentemente crea un peligro adicional en cuanto a una nueva guerra civil en Afganistán», dijo, según recoge Europa Press de la agencia de noticias rusa Sputnik.

Peskov, que incidió en que «nadie» tiene intención de intervenir en el país asiático tras el ascenso de los talibanes, apuntó a que tampoco habrá una «intervención diplomática» en Afganistán. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, matizó que «no hay prisa» por parte de Moscú para reconocer al régimen.