Reed Galen, exasesor de Bush: «La democracia estadounidense fallará si los que idearon el asalto no van a prisión»

Caroline Conejero NUEVA YORK / COLPISA

INTERNACIONAL

Reed Galan, analista y exasesor del presidente George W. Bush.
Reed Galan, analista y exasesor del presidente George W. Bush. THE LINCOLN PROJECT

«El derrotismo inminente demócrata puede convertirse en una profecía», señala este analista republicano

06 ene 2022 . Actualizado a las 18:10 h.

Veterano republicano independiente, hijo del estratega conservador Richard Galen, Reed Galen es un demandado referente de la política estadounidense. Este analista californiano ha trabajado en las campañas electorales de George W. Bush, John McCain y Arnold Schwarzenegger. Conoce bien la Casa Blanca, sirvió en la Administración Bush en el Departamento del Tesoro y en el de Seguridad Nacional. Fundador del Proyecto Lincoln —cuyo fin es dar apoyo a Joe Biden y combatir el extremismo y una victoria electoral de Donald Trump en el 2024—, Galen denuncia la transformación de Estados Unidos tras el asalto al Capitolio. 

—¿Cuál ha sido el impacto psicológico de la insurrección en los estadounidenses?

—El ataque al Capitolio fue sin duda un acontecimiento traumático, ese día y los días sucesivos, que ha introducido el concepto de violencia política en la conciencia colectiva de este país. Mi temor es que mucha gente no entiende la gravedad del momento actual ni la de la insurrección del 6 de enero. No creo que en general se piense mucho sobre ello.

—¿Cuáles han sido los efectos en la estabilidad política?

—La inestabilidad política es otra cosa. Estamos ante una dinámica muy preocupante. Por un lado, hay un intento por parte de muchos republicanos de normalizar este tipo de conducta y de acciones, y por el otro, hay una incapacidad o falta de voluntad para aceptar lo que realmente significa. Si uno es republicano, en estos tiempos se mete en problemas por decir que fue una insurrección y un ataque a la Constitución y a la forma de vida estadounidense.

—¿Y por parte demócrata?

—Mi temor es que muchos a nivel de liderazgo y a nivel del electorado no se estén tomando con la suficiente seriedad la situación. Parece que muchos esperan que toda esta fiebre se desvanecerá por sí misma, en lugar de actuar para hacer frente al problema. Y la historia nos enseña que ignorar este tipo de acontecimientos conduce a un sitio muy oscuro y de forma muy apresurada.

—¿Cómo ve la investigación del comité de la Cámara de Representantes del Congreso?

—Si miramos años atrás, y esta es la distinción entre ambos partidos, a las audiencias del Congreso sobre Bengasi (el asalto al consulado de EE.UU. en Libia en el 2012), su única razón de ser fue desacreditar a Hillary Clinton como candidata presidencial. El Partido Republicano no solo está interesado en usar el concepto de espectáculo, sino que es muy bueno en ello. Por eso, este comité debe utilizarlo también: debe celebrar audiencias públicas un día sí y otro no, debe estar muy preparado y hacer preguntas duras a cada miembro republicano del Congreso que votó contra la certificación de Joe Biden, debe expedir citaciones a esos individuos y llamarlos a rendir cuentas, debe hacerles la vida difícil a los republicanos de Washington DC y a los líderes federales para evitar que eludan su responsabilidad.

—A su juicio, ¿qué perfil tiene que mostrar esta comisión?

—El comité ha de entender que su misión no solo es la verdad y reconciliación, sino también un acto político con el propósito de salvar la democracia en EE.UU. Debe trazar una línea muy definida y poner máxima presión sobre los congresistas republicanos para obligarles a definirse claramente de un lado o de otro.

—Todo el mundo culpa a Trump, pero hasta ahora no ha habido sanciones a los responsables.

—Los republicanos lo llaman caza de brujas; los demócratas se sienten incómodos porque quieren ser los buenos, quieren ser decentes. Pero lo que no puede ser es que el brazo ejecutivo, la Presidencia, ataque al brazo legislativo, el Congreso, en un intento descarado de revertir las elecciones más libres y limpias de la historia del país y que no haya nadie responsable ante el sistema legal.

—Aun así, el Departamento de Justicia y el FBI no parecen haber iniciado ninguna investigación por su parte sobre algo que recae bajo su jurisdicción.

—Mucha gente del Departamento de Justicia todavía ve el mundo como solía ser pre-6 de enero, pre-Donald Trump, y no como es en este momento. La Justicia y el FBI siempre han tenido aprensión a involucrarse en política. El sistema legal federal es muy aprensivo a responsabilizar a altos cargos de la administración pública. Pero si no llevan a los líderes políticos a enfrentar sanciones penales por sus acciones, la democracia americana fallará ya sea en el 2022, el 2023 o el2024. ¿Cuándo fue la última vez en este país que una figura con poder ha sido responsabilizada por violar la ley?

—Parece que actuaran como si el ataque al Capitolio se trataran de un asunto político más.

—Así es. Estos son tiempos extraordinarios. Si no se hace responsables a los líderes que planearon esto, que no tienen ningún problema con que vayan a la cárcel los setecientos o mil que asaltaron el edificio del Congreso, que para ellos son prescindibles, va a haber más violencia política. Si no se muestra que hay consecuencias penales, como prisión federal, seguirán actuando sin freno.

—La insurrección no ocurrió por sí misma, hay una trama financiera, política y organizativa cuyos actores permanecen aún opacos en esta investigación.

—La Asociación Republicana de Fiscales Generales, el brazo político de todos los procuradores, canalizó dinero a la insurrección. Es decir, los jefes responsables de la aplicación de la ley en cada Estado [republicano] decidieron permitir que su organización política fuera utilizada para liquidar la democracia. No sé qué puede haber más dañino que eso. 

—¿Ha puesto el asalto de relieve una fragilidad insospechada en un sistema que parecía sólido como una roca.

—Ha iniciado un relato que establece que cuando pierdan en las urnas protestarán. Y ha abierto la puerta a muchos republicanos en legislaturas estatales a aprobar leyes de supresión del voto. Están diseñando el proceso electoral a su favor porque saben que su sistema de creencias es ampliamente impopular entre los electores, así que ahora su ‘democracia' es un lugar donde solo puede haber un vencedor.

—¿Qué pronóstico hace para el 2022 y las elecciones de medio mandato al Congreso?

Históricamente, los presidentes en su primer mandato suelen sufrir pérdidas en el Congreso. Diría que el pronóstico es nublado, pero nada está escrito en piedra. Creo que hay posibilidades de que los demócratas puedan ganar escaños en noviembre por dos razones: corren en el lado correcto de la historia y muchos republicanos van a enfrentar consecuencias políticas por sus actos ilegales relacionados con el 6 de enero. Pero los demócratas van a tener que luchar a fondo y entender que las reglas de juego han cambiado. El sentido de ‘derrotismo inminente' entre el liderazgo demócrata puede convertirse en una profecía si no tenemos cuidado. Va a ser un año duro para las fuerzas prodemocracia y todos tendremos que hacer lo posible para defenderla.

—Usted fundó el Lincoln Project?

—Somos una organización prodemocracia. No somos afiliados demócratas, pero desafortunadamente en este país solo hay un partido que aún cree en la democracia, el Partido Demócrata. Si las cosas fueran al revés, lucharíamos contra ellos. Tenemos que renovar la creencia en la democracia estadounidense, algo que muchos toman por dado porque nunca han vivido en otro lugar. No podemos tirar la toalla.