El revocatorio contra Maduro, dificultado por las condiciones de la recogida de firmas

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Nicolás Maduro, en un acto con artistas en Caracas
Nicolás Maduro, en un acto con artistas en Caracas PALACIO DE MIRAFLORES

La recolección de apoyos al proceso se produjo en medio de una indiferencia ciudadana generalizada

27 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En medio de una casi total indiferencia ciudadana, el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano dispuso de 1.200 centros para firmar para la revocación de Nicolás Maduro, con una celeridad y unas condiciones que hacen imposible, según todos los expertos, recoger las firmas del 20 % del padrón electoral en cada uno de los 24 estados del país.

La maniobra, denunciada por los dos rectores opositores del CNE (Roberto Picón y Enrique Márquez), se concretó este miércoles en centros de recogida de firmas totalmente vacíos por desconocimiento de la ciudadanía y por la premura con la que fue convocado el proceso, el sábado.

Para más: si, como parecía obvio, la oposición no lograba ayer recoger las 4,2 millones de firmas necesarias para convocar el referendo contra Maduro, el proceso no se puede convocar nuevamente.

Súmate, oenegé dedicada a la defensa del voto, señaló que las condiciones para recoger las firmas contra Maduro son peores que las que se aplicaron en el 2004, cuando Hugo Chávez ganó finalmente un referendo en su contra; y que en el 2016, cuando a las leoninas condiciones establecidas por el ente comicial ese año se sumó la suspensión del proceso por parte de un grupo de tribunales penales de primera instancia, sin ninguna competencia electoral. La decisión, acatada por el CNE también de manera ilegal, derivó en la violencia y el creciente autoritarismo que ha vivido el país desde el 2017.

«En un análisis básico significa que 5 electores realicen este trámite cada minuto en cada uno de los 1.200 centros de recepción, lo cual es imposible que ocurra», señaló Súmate.

Además, Diosdado Cabello, número dos del chavismo, afirmó días antes que el régimen pediría acceso a los firmantes contra Maduro, reeditando lo que ya fue una realidad en el primer proceso revocatorio, ocurrido a comienzos de siglo: una política de amedrentamiento y revancha contra quienes firmaron contra Chávez entonces.

Aunque los partidos tradicionales de la oposición no acompañaron el proceso, afirmando, en la misma línea de Súmate, que era imposible de cumplir, el líder opositor Juan Guaidó declaró: «La dictadura comete nuevamente fraude al robarse el evento plebiscitario. Maduro evidencia su miedo al pueblo al amenazar desde el poder secuestrado».

La declaración fue secundada por el Departamento de Estado de EE.UU., que afirmó: «Maduro teme someterse a la voluntad del pueblo venezolano, privando repetidamente a los venezolanos de su derecho a participar en un proceso electoral libre y justo y empleando numerosas tácticas antidemocráticas», a través de un vocero no identificado.