«Mi hijo fue engañado al frente»

H. Rodríguez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Soldados rusos avanzan a bordo de vehículos blindados por territorio ucraniano.
Soldados rusos avanzan a bordo de vehículos blindados por territorio ucraniano. STRINGER (Reuters)

Una oenegé creada para sacar a la luz las violaciones de derechos humanos en el Ejército ruso denuncia que muchos de los soldados que luchan en Ucrania no sabían adónde iban

02 mar 2022 . Actualizado a las 21:55 h.

La familia de Rafik Rakhmankulov, un joven ruso de 19 años, se enteró de que participaba en la invasión de Ucrania cuando su imagen apareció en el Facebook de un general ucraniano. Había sido hecho prisionero. Su madre, Nadia, ha admitido en la cadena británica BBC que «no sabía que lo iban a mandar allí». El relato se repite en los casos de Pavel Abramov y de Evgeny Rostovtsev, ambos de 23 años. Sus progenitoras cuentan en el diario ruso Novaya Gazeta, dirigido por el premio Nobel de la Paz Dimitri Muratov, que ambos querían dejar la disciplina militar y que las últimas noticias que tuvieron de ellos confirmaban que estaban en Bielorrusia, cerca de la frontera. Algo totalmente inesperado. «Mi hijo fue engañado al frente», repite la madre de Abramov.

La Unión de Comités de Madres de Soldados, una oenegé creada para sacar a la luz las violaciones de derechos humanos dentro del Ejército ruso, ha denunciado que muchos de los soldados que estos días luchan en Ucrania, no sabían adónde iban. Según las mismas fuentes «algunos ni siquiera han completado el servicio militar» y se les «obligó a firmar documentos de alistamiento so pena de castigos».

El Kremlin se niega a dar información

Los allegados de todos estos jóvenes denuncian que no saben de ellos y que las autoridades del Kremlin no les dan datos. Sin embargo, el Gobierno ucraniano sí ha creado una línea de comunicación para que las madres rusas puedan saber de sus hijos y cuelgan vídeos con imágenes de los prisioneros. En uno de ellos, un joven herido se identifica como Leonid Paktishev. «No tenía ni idea de que lo habían enviado allí. Tampoco creo que él lo supiera antes de ir», lamenta su hermana.