Apoyo militar para aguantar el asedio ruso

j. carballo / d. casas E. LA VOZ / REDACCIÓN

INTERNACIONAL

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Países de la UE y de la OTAN suministran todo un arsenal a Ucrania para defenderse

06 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Contrarrestar el avance de la antigua URSS en Europa occidental tras las Segunda Guerra Mundial fue el espíritu fundacional de la OTAN. Pretendía evitar la vulnerabilidad de un continente muy debilitado por el mayor conflicto bélico de la historia. Setenta años después, aquel principio ha recuperado su vigencia.

Desde su creación, en 1949, la organización internacional liderada por EE.UU. no ha dejado de crecer, ni en países miembros ni en poderío militar. Aún así, atravesó fases más sosegadas, como el fin de la Guerra Fría, en 1989, cuando se desvanecieron las opciones de una invasión militar rusa sobre el continente. Por eso, las principales economías europeas optaron durante años por reducir las partidas presupuestarias destinadas a Defensa y reorientaron sus recursos hacia una economía de mercado en la que la inversión armamentística no era prioritaria.

Pero la invasión de Rusia en Ucrania ha devuelto a la realidad que las amenazas persisten, por lo que la mayoría de los países de la OTAN se preparan para rearmes inéditos.

Con cientos de bases militares distribuidas en territorio europeo mirando hacia Rusia, la Organización del Atlántico Norte mantiene a todos sus efectivos en alerta, siguiendo los pasos de Putin. La escalada de tensión con el Kremlin continúa en aumento, pese a que la OTAN no tiene intención de intervenir en el conflicto bélico de Ucrania, a menos que cualquiera de sus socios se viese amenazado por el Ejército ruso. Y en caso de crisis puede actuar con mucha rapidez, desplegando 40.000 soldados, marinos y aviadores en menos de cinco días, según reconoce la organización atlántica.

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El más poderoso

Ante un eventual conflicto, la fuerza militar de la alianza «es más poderosa que Rusia», aclara el ex secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, actual vicepresidente de la Fundación Alternativa. Pero el Kremlin «tiene más cabezas nucleares que nadie en el mundo; aunque falta por ver cuál es su estado de conservación, porque son la herencia de la Unión Soviética», aclara Garrido.

Solo en efectivos, los estados de la OTAN suman más de tres millones de soldados en todo el mundo, además de grandes arsenales de misiles, fuerzas aéreas, flotas y otro tipo de armamento. Estados Unidos, el socio más potente y militarmente más avanzado, tiene 1,3 millones de reclutas en activo. En Europa, la alianza cuenta con cuatro grupos de batalla multinacionales ubicados en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, compuestos por tropas de varios países miembros. Además, a lo largo de los años ha configurados grupos especiales, como la policía aérea, para asegurar el espacio de los países de la organización; o la operación flexible guardián del mar, para la seguridad marítima. Todos ellos con aportación militar de sus socios.

En todo caso, la coalición que preside el noruego Jens Stoltenberg no intervendrá en Ucrania, pero sí lo harán algunos de sus miembros, de manera individual, financiados por la UE, ya que muchos de ellos son socios comunitarios. De hecho, cada día son más los países europeos que entregarán material bélico al ejército ucraniano, pese a las amenazas de Putin. También lo harán EE.UU. y Canadá. Unas operaciones que se realizaran por la frontera oeste de Ucrania. Lo más probable es que «el material bélico se introducirá en Ucrania a través de Polonia y Rumanía, porque no hay ni un solo soldado ruso en esa zona. El Kremlin domina en el este», sostiene el secretario de Estado Diego López Garrido.

La opción de luchar

Aún así, el experto no se atreve a aventurar si con estas aportaciones Ucrania será capaz de aguantar el asedio de las tropas rusas: «No se sabe. Nadie imaginaba que los soldados ucranianos iban a tener tanta resistencia. Desde un principio, Putin pensaba que la invasión iba a ser un paseo militar sin apenas disparar un tiro. No ha sido así. Entre rendirse o luchar, los ucranianos han decidido luchar, y la UE se ha movilizado para proporcionarles medios, armamento, material sanitarios y acogida a los refugiados».

VALDA KALNINA | Efe

Ucrania lo necesita. La ofensiva de Rusia —la segunda potencia militar más importante del mundo— resulta incomparable tanto en número de efectivos como en cantidad y calidad de armamento y equipos bélicos disponibles. Los presupuestos anuales que los dos países destinan al capítulo de defensa da una idea de la distancia de su poderío militar: mientras el Kremlin gasta 140.000 millones de euros, Ucrania apenas se puede permitir diez mil millones, según Global Fire Power, una consultora que elabora un índice comparativo de acuerdo a distintas variables militares. En efectivos, la fuerza de Rusia es cuatro veces superior, con 900.000 militares de soldados, frente a los 200.000 de Ucrania.

«No sé cuál será el final de todo esto, pero a lo que aspira Putin es a otra Guerra Fría porque le inspira más poder», concluye López Garrido.