Fernández pierde poder frente a Kirchner tras la salida del ministro de Economía

INTERNACIONAL

Importante revés político para Alberto Fernández. El presidente argentino perdió el sábado a su ministro de Economía, Martín Guzmán, su máximo confidente y sostén en el Ejecutivo, sustituido finalmente este domingo, tras horas de intriga y movimientos internos en el peronismo, por Silvina Batakis, una funcionaria de rango bajo que responde a la vicepresidenta Cristina Fernández Kirchner. El movimiento deja aún más solo al mandatario en la disputa política que mantiene desde hace meses con el kirchnerismo, una reyerta que está haciendo sangrar al oficialismo argentino.
El presidente pierde autonomía y apoyos dentro de su propio Consejo de Ministros, tras haber defendido a capa y espada a Guzmán de los ataques del ala más izquierdista de la coalición de Gobierno durante este año. Kirchner, por su parte, gana una batalla con la renovada perspectiva de volver, quizá, a presentarse a la presidencia a finales del 2023.
Meses de tensiones
La fractura se inició tras las legislativas de finales del pasado año, cuando el oficialismo fue duramente derrotado, y se agravó con la firma del pacto de reestructuración de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero, que la facción kirchnerista del oficialismo no apoyó en el Congreso tras criticar que escondía un ajuste fiscal, algo que el mandatario y Guzmán negaban, aunque fuese evidente.
Llegó hasta el punto de que la comunicación entre presidente y vicepresidenta se cortó durante semanas, justo hasta una conversación telefónica que se produjo tras la salida de Guzmán para acordar el nombre de la sustituta al mando de Economía, además de una reunión en persona prevista para este lunes.
Guzmán dimitió este sábado, sorpresivamente, en una decisión que, según han filtrado los medios argentinos, decepcionó profundamente a Fernández. El ya exministro se quejó de las trabas administrativas por parte de sectores kirchneristas a la aplicación de la subida de tarifas de electricidad y gas, uno de los mayores focos de tensión política en Argentina desde hace años. Guzmán había elaborado un sistema de alzas segmentadas por poder adquisitivo que había sido muy criticado por el ala más izquierdista del oficialismo.
Su sustituta tenía, hasta ahora, un muy bajo perfil. Había sido ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires, el bastión kirchnerista, entre el 2011 y el 2015 y se desempeñaba, hasta ahora, como secretaria de provincias en el Ministerio del Interior, dirigido por Eduardo de Pedro, el principal alfil de Cristina en el Ejecutivo.
Batakis tomó posesión este lunes con grandes retos por delante en un país donde la inflación superará la barrera del 70 % este año y que tiene que afrontar grandes vencimientos de deuda a corto y medio plazo.
Esos problemas económicos han dado al traste con la popularidad del Ejecutivo y también de la propia Kirchner, que apenas recoge el apoyo, ahora mismo, del 25 % de los argentinos ante unas presidenciales cada vez más cercanas. A pesar de ello, un sector del kirchnerismo puso en marcha, la pasada semana, la «operación clamor», para situar a la vicepresidenta en un rol protagónico de cara a los comicios de finales del próximo año.