Jair Bolsonaro, el diputado raso que resucitó a los conservadores

Hector Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. RICARDO MORAES | REUTERS

Su Gobierno ha estado  marcado por acusaciones de autoritarismo, sus criticas a  instituciones como el  Supremo y su negacionismo

30 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Jair Bolsonaro (Glicério, 1955) hizo carrera en el Ejército, como capitán de paracaidistas, período en el que afrontó procesos disciplinarios por reclamar mejores pagas, antes de dedicar su vida a la política. Llegó al Congreso en 1991, siendo durante casi tres décadas un diputado de bajo perfil, con ideas conservadoras, y pro militares.

Su ascenso hasta la cumbre de la política comenzó en el 2016, durante el proceso de destitución de Dilma Rousseff, en el que llegó a loar al militar que torturó durante la dictadura a la líder izquierdista. Una magistral campaña en redes sociales, bajo los lemas «Dios, patria, familia, libertad» y «Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos» le aupó a la presidencia tras mostrarse como un líder antiestablishmebt y la alternativa contra los escándalos de corrupción del PT. 

Su Gobierno ha estado profundamente marcado por acusaciones de autoritarismo, tras criticar constantemente a instituciones como el Tribunal Supremo —participando en marchas antidemocráticas que pedían la destitución de los magistrados— y también por la pandemia del covid-19. El mandatario calificó el coronavirus como una «gripecita» y se opuso a medidas de confinamiento que consideraba dañinas para la economía. Brasil es uno de los países del mundo con más muertos en la pandemia, más de 680.000, solo superado por Perú y algunos países de Europa del Este.

Bolsonaro llevó al Gobierno una visión económica liberal, iniciando el proceso de privatización de empresas estatales sistémicas como Eletrobras. Sus constantes salidas de tono y su obsesión por priorizar temas religiosos y conservadores en campaña, le han impedido vender con éxito recientes logros económicos como tres meses consecutivos de deflación o una sustancial reducción del desempleo.

El bolsonarismo, en cualquier caso, ha llegado para quedarse. El Partido Liberal que apoya al presidente se convirtió el 2 de octubre en la principal formación del Congreso, un impulso clave que supondrá la supervivencia política del líder ultraderechista incluso aunque pierda hoy en las urnas.