Al caso del violador en serie David Carrick se une el del agente Wayne Couzens, que hace dos años secuestró, violó y asesinó a una mujer en Londres
17 ene 2023 . Actualizado a las 18:24 h.La Policía Metropolitana de Londres (Met), conocida como Scotland Yard, investigará a más de mil agentes denunciados en el pasado por delitos sexuales para analizar si se tomaron las decisiones correctas, a raíz de que un policía del cuerpo admitiera ser un violador en serie. En concreto, la Met ha comenzado a revisar «1.633 casos de supuestos delitos o violencia doméstica» de la última década.
La decisión llega después de que uno de sus miembros, David Carrick, reconoció en una audiencia judicial celebrada el lunes ante un tribunal de Londres haber cometido 49 agresiones sexuales, entre ellas 24 violaciones, contra una docena de mujeres durante más de 18 años. Y casi dos años después de que el Reino Unido fuese sacudido por el secuestro, violación y asesinato por el policía Wayne Couzens de Sarah Everard, de 33 años, que regresaba a su casa por una calle del sur de Londres. En septiembre del 2021, fue condenado a cadena perpetua sin revisión.
Carrick y Couzens
Carrick y Couzens pertenecían al mismo cuerpo responsable de la seguridad de los gobernantes británicos y de los dignatarios que visitan el país. En la investigación sobre Couzens se descubrió que grupos de policías participaban en chats privados en las que se mencionaba a mujeres de manera obscena y degradante.
Tanto Couzens como Carrick sortearon los filtros de acceso a la Policía a pesar de la existencia de denuncias previas. En el caso de este último, superó el sistema de veto para ingresar en Scotland Yard en el 2001, a pesar de que había sido denunciado el año anterior por dos delitos contra una mujer que había sido su pareja. Y fue denunciado por agresión y acoso por otra mujer un año después, cuando no había cumplido el período de prueba.
Impunidad
El policía siguió cometiendo delitos aprovechándose de la autoridad que le daba su profesión. Intimidaba a sus víctimas, a las que conocía a través de redes sociales para citas y en clubes, y las sometía a un trato sexual de esclavitud, forzándolas a cumplir sus deseos. Alardeaba de proteger al primer ministro y cometía sus delitos, en Londres y la región de Hertfordshire, en el sudoeste de Inglaterra, cuando tenía días libres.
Lo extraordinario para la Policía Metropolitana es que hasta nueve veces fue denunciado de agresiones sexuales tanto a la Met como a otras dos fuerzas policiales regionales. Conocido por sus colegas como «el bastardo David», fue denunciado de nuevo por violación en octubre del 2021, y allí terminó su impunidad. Advertía a sus víctimas de que no tenía sentido denunciarle porque no lograrían nada.
«Hemos fallado. Lo siento. No tendría que haber sido un oficial de policía», ha dicho el jefe de la Met, sir Mark Rowley, que se hizo cargo de la fuerza tras la marcha de su predecesora, Cressida Dick. Fue empujada hacia su dimisión por el alcalde de Londres, Sadiq Khan, en parte por la aparente pasividad de Scotland Yard ante las revelaciones que siguieron al crimen de Couzens.
«Este hombre abusaba de mujeres de la manera más asquerosa», ha añadido Rowley. «Te pone enfermo. Hemos defraudado a mujeres y chicas, a los londinenses. Las mujeres que han sufrido y han sobrevivido a esta violencia han sido muy valientes en denunciarlo. Entiendo que lo ocurrido lleve a que algunas mujeres se pregunten si pueden confiar en Scotland Yard. No hemos aplicado la misma severidad vigilando nuestra integridad que la que aplicamos frente a delincuentes».