Oprah Winfrey avala a Wes Moore, el primer gobernador negro de Maryland

Mercedes Gallego NUEVA YORK/COLPISA

INTERNACIONAL

Wes Moore en una imagen de archivo.
Wes Moore en una imagen de archivo. USA TODAY USPW

Es  el tercer afroamericano elegido en dicho cargo en toda la historia de Estados Unidos

20 ene 2023 . Actualizado a las 11:47 h.

Sonaba trivial, pero era histórico. El demócrata Wes Moore se convirtió el miércoles en el primer gobernador negro de Maryland y el único del país. Su juramento del cargo era el resultado de la abrumadora victoria que obtuvo en las urnas el pasado 8 de noviembre, lo que le hace ser el tercer afroamericano elegido gobernador en toda la historia de Estados Unidos, después de Deval Patrick en Massachusetts y David Paterson en Nueva York.

Hay que remontarse a 1871 para encontrar otros dos afroamericanos convertidos en gobernadores, pero en los casos de Oscar Dunn y P.B.S. Pinchback fue por accidente y durante un breve período de tiempo en el que ejercieron como gobernador en funciones.

Hacía ya mucho tiempo que Moore, de 44 años, era una figura emergente en el Partido Demócrata. Ya tuvo tres minutos de gloria sobre el escenario de la convención del 2008 que coronó a Barack Obama como candidato presidencial, cuando era simplemente «el Capitán Moore», un veterano de Afganistán que fue llamado a filas tras los atentados del 11 de septiembre del 2001.

Naturalmente, Obama le devolvió el favor en esta campaña dándole su apoyo, pero también Joe Biden y hasta Oprah Winfrey, que convirtió uno de sus libros en best seller tras entrevistarlo. «Sé que con Wes More como vuestro gobernador, Maryland tiene por delante sus mejores días», auguró la diva de la televisión estadounidense, que tuvo el martes un papel de honor en su investidura.

Oprah asegura que cuando lo entrevistó lo encontró tan brillante que se convirtió en un gran amigo. «Siempre salgo de nuestras conversaciones con una nueva perspectiva, nuevas ideas, una nueva manera de ver las cosas, y un chute de energía positiva», dijo el martes.

Una infancia difícil

Con esos apoyos, Moore puede presumir de haber logrado una victoria abrumadora con el 64,7 % de los sufragios —el doble que su rival republicano—, en un país tan dividido que los márgenes rara vez pasan ya de pocos puntos. El nuevo gobernador de Maryland parece haber tomado prestada una página de la victoria improbable de Obama para convertir su viaje en la esperanza de todos.

«Si hubierais mirado a un niño que a los once años ya estaba esposado por la policía, que había visto morir a su padre delante suya y cuya madre tenía que trabajar múltiples empleos a tiempo parcial porque ninguno le pagaba para mantener a su familia, no creo que nadie se hubiera creído que ese niño llegase algún día a gobernador», dijo emocionado.

Se lo debe en buena parte a su madre, nacida en Jamaica, que cuando vio a su hijo detenido por pintar grafitis en el barrio del Bronx entendió que no tardaría en acabar en la cárcel. Su drástica receta fue mandarlo a una Academia militar, de la que al principio trató de escapar, pero de la que emergió años después convertido en un admirado capitán al mando de 800 cadetes que lo creían «supermán».

La guerra le proporcionó también el eslogan que ha llevado a su campaña, «no dejar a nadie atrás». Su tiempo en un Banco de inversión de Nueva York, la credibilidad para que los votantes le vieran como un buen gestor. Y su trabajo como jefe Ejecutivo de una de las organizaciones no gubernamentales (ONG) más grandes del país en la lucha contra la pobreza, Robin Hood, la fuerza para convencer al electorado de que este político carismático, escritor y filántropo tiene serias intenciones de mejorar la vida de los más desafortunados en ciudades tan depauperadas como Baltimore.