La crisis económica, único límite al poder de Erdogan

ricard g. samaranch ESTAMBUL / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía
Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía UMIT BEKTAS | REUTERS

El nuevo Parlamento turco será el más conservador y nacionalista de la historia

30 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las elecciones celebradas el domingo en Turquía han renovado el mandato presidencial del camaleónico Recep Tayyip Erdogan tras más de dos décadas en el poder. Con una gestión del poder cada vez más personalista, la gran pregunta que se hacen los analistas tanto de dentro como de fuera del país es: ¿Cuál será la versión de Erdogan que veremos en los próximos años?

«En política exterior, veremos una línea continuista, ya que Erdogan interpretará que las urnas han validado sus políticas», sostiene Sinan Ulgen, director del centro de estudios EDAM, con sede en Estambul. Es decir, Turquía continuará manteniendo su «autonomía estratégica» frente a Occidente y la OTAN, los que habían sido aliados tradicionales del país. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, esta ambigüedad calculada en sus relaciones con Washington y Moscú le ha reportado a Turquía unos buenos réditos.

Ahora bien, según el politólogo Omer Taspinar, la capacidad de aplicar esta política independiente dependerá de la situación económica del país. Horas antes de las elecciones se supo que el Banco Central se ha quedado prácticamente sin reservas de divisas, suscitando el temor a una brusca devaluación o a la aplicación de un corralito.

Entrada de Suecia en la OTAN

«Es probable que Erdogan se vea obligado a acudir al FMI, y eso le llevará a moderar sus posiciones. El principal socio comercial del país es la Unión Europea. Ni Rusia, ni China lo sacarán del atolladero», augura Taspinar. Una primera señal de las intenciones de Erdogan llegará pronto, con su decisión de levantar o no el veto a la entrada de Suecia a la Alianza Atlántica.

Adrià Solanes, economista de la consultora Focus Economics, no prevé un panorama tan oscuro para la economía turca: «La lira se depreciará algo… pero la economía se acelerará gracias a la recuperación de la actividad a nivel global y el empleo se mantendrá estable alrededor del 10 %. En los últimos meses, el Banco Central ha recurrido a las ayudas de Gobiernos aliados, como Arabia Saudí o Rusia, pero no está claro si esta ayuda continuará».

En el frente interno, Erdogan tiene pocos incentivos para dar marcha atrás en su deriva autoritaria, que ha incluido la persecución legal de disidentes y el haber puesto las instituciones públicas a disposición de sus intereses partidistas. Además, el hecho de que el nuevo Parlamento sea el más conservador y nacionalista de la historia del país no augura nada bueno para las minorías, como la LGTBI o la kurda, así como para los derechos de las mujeres. De hecho, incluso en su discurso de victoria el domingo, tuvo tiempo para acusar a la oposición de amenazar los valores nacionales por su apoyo a los derechos de la comunidad LGTBI.

Según el analista Soner Cagaptay, las perspectivas para la democracia turca son muy oscuras, e incluso teme que las elecciones recién celebradas sean las últimas en las que la oposición tenga opciones de desbancar al partido gobernante.

Último mandato

Otros, en cambio, consideran que la alta participación, cercana al 85 %, muestra el apego de los turcos a la democracia y supondrá un freno a cualquier tentación de abolirlas. Otra de las dudas es si estas han sido las últimas elecciones del imbatible Erdogan, como establece la Constitución. De ser así, en el 2027, sin su bestia negra, la oposición tendrá una mejor oportunidad.