¿Qué pasará con la compañía Wagner y sus miles de combatientes?

Brais Suárez
brais suárez OPORTO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Una residente en Rostov del Don posa con un mercenario de Wagner antes de la retirada de la compañía de la ciudad rusa tomada el sábado
Una residente en Rostov del Don posa con un mercenario de Wagner antes de la retirada de la compañía de la ciudad rusa tomada el sábado ARKADY BUDNITSKY | EFE

Rusia atesora una amplia experiencia integrando en el Estado firmas de sectores estratégicos.

26 jun 2023 . Actualizado a las 16:53 h.

Posiblemente, a quien menos impresionó la asonada de Wagner fue a los rusos. Primero, porque el inicio de la guerra rompió tantas barreras morales que es difícil sorprenderlos. Segundo, porque las acusaciones contra el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, del líder de la compañía, Yevgueni Prigozhin, habían escalado hasta un clímax que, con este último acorralado, solo se podía resolver con el método tradicional: la violencia.

Lo asombroso fue la facilidad con que los insurrectos tomaron infraestructura clave y se acercaron a Moscú, y los recibimientos que les brindaron en su marcha. Prigozhin logró, desde el campo de batalla, posicionarse como héroe real y como lanza contra la corrupción. Sus ideas y su imagen calan en contraposición a las de Putin. Por eso, puede que el futuro siga sorprendiendo si Rusia no consigue asegurarse la fidelidad de los wagneristas e integrarlos en su estructura de Defensa.

El movimiento previo de algunas placas tectónicas puede explicar qué pasará con la compañía de mercenarios. Además de los ya citados enfrentamientos, y quizá como respuesta, la Duma estatal aprobó este mes una ley para devolver al Estado el monopolio de la violencia: todos los movilizados deben aceptar la jerarquía del Ministerio de Defensa, algo que aceptó la guardia del checheno Ramzán Kadírov, pero que rechazó Wagner. Esta última, además, se quedó sin la posibilidad de reclutar presos de las cárceles. Mientras crecía, Wagner fue un pilar esencial para Rusia; ahora, ya madura, es una molestia.

Y en este punto, cabe volver al 2003, cuando el régimen de Putin, con el arresto del magnate Mijaíl Jodorkovski, destapó una de sus más definitorias cualidades: la de chantajear empresarios para arrebatarles sus imperios. La petrolera Yukos fue la primera de una lista colmada de firmas financieras y energéticas, y que ahora se completa con el sector militar. De ahí, quizá, el indulto a los mercenarios que avanzaban hacia Moscú, por la necesidad de continuar en buenos términos con ellos. Y, quizá de ahí también, el apoyo que un demócrata como Jodorkovski mostró durante el sábado a los insurrectos.

Wagner está habituado a luchar en la zona gris, por lo que su última palabra en el sur ruso puede estar lejos. Queda, por último, preguntarse qué ocurrirá en el resto de sombras que ocupan en África y Oriente Medio.