Los mercenarios continúan con el culto a su jefe muerto y la policía comienza a desmontar los altares en honor al jefe de Wagner
26 ago 2023 . Actualizado a las 12:54 h.Los últimos días de Yevgueni Prigozhin ofrecen la imagen de un líder desesperado y cada día más atemorizado. Según una reconstrucción que ha llevado a cabo el periódico Wall Street Journal, el líder de Wagner vivía con el miedo a ser víctima de un atentado y era una figura tóxica para los Gobiernos africanos.
El oligarca, por ejemplo, se presentó por sorpresa en la cumbre entre Rusia y África celebrada en julio en San Petersburgo, pero ningún líder se quiso fotografiar con él. Además, los negocios que intentó cerrar fueron prohibidos por el Kremlin, desde donde se telefoneó a los mandatarios africanos para que no firmasen acuerdos con los mercenarios.
Prigozhin mantenía acuerdos en Libia con el general prorruso Jalifa Haftar. Pero el pasado martes, una delegación militar rusa se reunió con Haftar y le comunicó que ellos tomaban el mando de los mercenarios. También se ofreció a los militares golpistas de Níger, pero los rebeldes ni siquiera le respondieron.
Prigozhin, según el Wall Street Journal, vivía atemorizado y se disfrazaba continuamente para no ser reconocido. En octubre del año pasado, cuando ya había iniciado sus críticas al Gobierno de Putin, llegó a ser confundido con un terrorista salafista en un viaje a Libia por sus barbas postizas. Además, siempre que volaba en su jet apagaba el transpondedor —el dispositivo que permite localizar el avión— para no ser detectado. En una ocasión, incluso tuvo que aterrizar de emergencia en el Sáhara al quedarse sin combustible por las erráticas rutas que seguía.
Miedo a que el funeral de Prigozhin acabe en motín
Durante unas horas, los mercenarios de Wagner rugieron este viernes de nuevo contra el Gobierno de Putin. Todo comenzó cuando uno de los soldados de fortuna se acercó al cementerio que el fallecido Prigozhin levantó en Volzhsky para recordar a sus militares muertos en combate. El visitante descubrió que todas las cruces de madera con los nombres de los muertos habían sido arrancadas y las tumbas estaban enterradas bajo una capa de cemento.
En los canales de Telegram, este hecho se consideró una afrenta más a Wagner. Las aguas solo se calmaron cuando una fuente oficial explicó que no se trataba de ninguna profanación sino de un antiguo plan de Prigozhin para convertir el camposanto en algo más lujoso, con pirámides negras en vez de cruces.
Esta es la atmósfera de suspicacia y ganas de revancha en la que viven los hombres de Wagner, la élite del Ejército ruso, después de que el miércoles su jefe y toda la cúpula de la milicia privada falleciera en la explosión de su avión privado. Los simpatizantes de Prigozhin no han dejado de llevar a cabo actos de reconocimiento a este oligarca. Algunos de los más conflictivos tuvieron lugar en Rostov, la ciudad que Wagner conquistó el 24 de junio cuando inició su motín y donde se trató a los rebeldes como héroes. En varias calles se levantaron altares en recuerdo del millonario muerto pero la policía los hizo desaparecer.
La incógnita es qué sucederá en el funeral de Prigozhin y sus lugartenientes, un evento para el que no existe todavía una fecha prevista puesto que ni siquiera han finalizado las tareas de identificación de los cuerpos encontrados entre los restos del avión. Además, los familiares del oligarca podrían haber huido a Armenia, según algunas fuentes no oficiales.
Agenda ocupada
Después de que el presidente Putin afirmara el jueves que el dueño de los mercenarios «era un hombre con talento que había cometido graves errores» y reconociese su papel en la invasión de Crimea, algunos opinadores rusos especularon con la posibilidad de que el presidente acudiese a las exequias. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, respondió este viernes que Putin tiene la agenda «demasiado llena» como para estar presente en el homenaje.
Existe la posibilidad de que el entierro se convierta en una acto propagandístico contra el Gobierno de Putin, encabezado por el sector ultranacionalista. Además, algunas fuentes ya han mostrado el temor a que en el evento se produzcan «acciones incontroladas de Wagner».
Una calle para el fallecido
En San Petersburgo, la ciudad natal de Prigozhin y de Putin —allí forjaron ambos su amistad— el diputado Vasily Vlasov, del cuasifascista partido LPRD, ha pedido que se le dedique una calle a Prigozhin. El funeral podría celebrarse en esta ciudad, en la que también se encuentra la sede de Wagner, un centro de peregrinaje en las últimas horas para los seguidores de Prigozhin.
Quien ha vuelto a mediar en esta cuestión ha sido el dictador de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko. El dirigente ha asegurado que los soldados de fortuna serán acogidos en su país, donde se mantienen los campamentos levantados para alojar a las milicias de Wagner tras su rebelión. Su intención sería retirarlos de Rusia en unos días tan sensibles y controlarlos en su suelo. Lukashenko además, ha negado que Putin tenga algo que ver con la muerte de Prigozhin. «Es un trabajo demasiado brutal y poco profesional», ha asegurado.